
El presidente de la Cámara de Diputados, Gutiérrez Luna, enfrentó cuestionamientos sobre su estilo de vida y la participación en eventos exclusivos, luego de que surgieran señalamientos sobre supuestos gastos que no coincidirían con su sueldo público. El legislador respondió asegurando que su patrimonio y sus ingresos están debidamente declarados y respaldados por años de trabajo tanto en el sector privado como en el público.
Ingresos y patrimonio personal
El diputado explicó que tiene más de 25 años de experiencia laboral, de los cuales 12 o 13 los dedicó al litigio privado. “Lo que tengo está en mis declaraciones”, afirmó, añadiendo que ya ha hecho estas aclaraciones ante distintos medios. Además calificó las acusaciones sobre su patrimonio como “falsas, exageradas y distorsionadas”, defendiendo su reputación y transparencia ante la opinión pública.
Asistencia a la Fórmula 1
Respecto a su presencia en una zona VIP de la Fórmula 1, donde los boletos tienen un valor aproximado de 8,500 dólares por persona, Gutiérrez Luna negó cualquier conflicto de interés. Aclaró que su asistencia fue “una cortesía sin valor comercial” y que no recibió nada a cambio de un favor, por lo que no considera que haya irregularidad alguna.
El presidente de la Cámara agregó que no conocía el costo exacto de la entrada, pero enfatizó que el evento no implicó contraprestaciones ni compromisos de ningún tipo. Su participación se limitó a disfrutar del evento como invitado, sin influir en decisiones legislativas o políticas.
Expertos en ética pública señalan que la aceptación de cortesías de alto valor, aunque no implique un acuerdo directo, puede generar percepciones de conflicto de interés y afectar la confianza ciudadana en servidores públicos. Por ello, recomiendan que figuras públicas documenten y hagan transparentes este tipo de invitaciones para evitar cuestionamientos.
Gutiérrez Luna concluyó defendiendo su derecho a participar en eventos sociales como parte de su vida personal, siempre y cuando no interfieran con sus responsabilidades oficiales, buscando diferenciar claramente entre su patrimonio personal y su desempeño público.
La polémica surge en un contexto donde la ciudadanía demanda mayor austeridad y claridad en el manejo de recursos por parte de sus representantes, lo que mantiene a la discusión sobre gastos y lujos de funcionarios en el centro del debate público.






