
15-Agosto-2025.-En medio de la intensificación de operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) bajo la Administración Trump, miles de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos están recurriendo a la tecnología para protegerse. Plataformas como Waze, Facebook y WhatsApp se han convertido en herramientas clave para advertir sobre redadas en tiempo real.
En la aplicación de navegación colaborativa Waze, algunos usuarios marcan falsamente “carreteras heladas” (“icy road”) en zonas donde se detecta la presencia de agentes migratorios, incluso en pleno verano en lugares como Florida o Chicago. Mensajes en clave, como “hoy hace bastante frío cerca de Mission Donuts (Oceanside, California)” o “condiciones heladas y presencia de entre cuatro y siete agentes”, sirven para alertar a la comunidad sin llamar la atención de las autoridades.
La práctica, que también circula en grupos privados de Facebook y chats de WhatsApp, ha generado cadenas de verificación comunitaria para filtrar información falsa antes de compartirla. Sin embargo, Waze aclaró a CNN que el envío de datos erróneos viola sus políticas y que los reportes inexactos pueden ser eliminados mediante denuncias de los usuarios.
Organizaciones defensoras de migrantes, como la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), respaldan la iniciativa. “Este tipo de organización digital es un acto de supervivencia, una expresión moderna del derecho a la defensa comunitaria”, afirmó Brenda Bastian, directora de contenido de la ONG, quien advirtió contra la criminalización del espacio digital.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, advirtió que esta estrategia podría interpretarse como obstrucción a la justicia y amenazó con acciones legales, argumentando que los agentes de ICE enfrentan un incremento de casi 1.000% en agresiones. No obstante, expertos señalan que la jurisprudencia de la Primera Enmienda ampara la advertencia de posibles arrestos como forma de libertad de expresión, lo que podría complicar cualquier proceso judicial.
En el cruce entre seguridad, derechos civiles y tecnología, la batalla por el control de la información se ha convertido en un nuevo frente en la guerra política y legal sobre la inmigración en Estados Unidos.