
15 de Agosto 2025.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo recientemente una “maravillosa conversación” con Alexander Lukashenko, mandatario de Bielorrusia y aliado clave de Vladimir Putin, justo antes de volar hacia Alaska para un esperado encuentro con el líder ruso. Será la primera vez que Putin pise territorio occidental desde que ordenó la invasión de Ucrania en febrero de 2022, un conflicto que ha cobrado decenas de miles de vidas y que, en días recientes, ha visto a las fuerzas rusas avanzar en el campo de batalla.
El encuentro está programado para las 11:30 hora local (19:30 GMT) en la base aérea de Elmendorf, la instalación militar más grande de Estados Unidos en Alaska, un lugar con fuerte carga simbólica por su papel estratégico durante la Guerra Fría. La reunión llega en un clima de máxima tensión internacional. Trump ha dejado claro que no dudará en poner fin al diálogo “en cuestión de minutos” si Putin no muestra una verdadera disposición al compromiso. Según el propio mandatario, hay “una de cuatro” posibilidades de que el encuentro fracase.
Ausencia de Ucrania y presión diplomática
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, no fue invitado a esta reunión y ha advertido que no aceptará ninguna presión para ceder territorios ocupados. Trump plantea que cualquier acuerdo definitivo se discutiría después, en una reunión tripartita con él y Zelensky, con la idea de “dividir” las zonas en disputa. Esta propuesta ha generado preocupación en Kiev y en diversas capitales europeas, que temen que una negociación apresurada beneficie a Moscú y debilite la posición ucraniana.
Esta será la primera vez desde 2019 que Trump y Putin se sienten frente a frente. Ambos llegan con metas distintas: Trump busca lograr un alto el fuego que lo proyecte como mediador internacional e incluso, como él mismo ha sugerido, aspirante al Nobel de la Paz. Por su parte, Putin busca un alivio en las sanciones occidentales y, según analistas, ganar tiempo para afianzar sus conquistas militares en el terreno.
El contacto previo de Trump con Lukashenko no pasa inadvertido para la diplomacia internacional. Bielorrusia ha servido de plataforma logística y militar para Rusia desde el inicio de la invasión, y su presidente es uno de los aliados más incondicionales de Putin. El acercamiento previo podría interpretarse como un gesto de confianza hacia Moscú, pero también como una estrategia de Trump para influir en el entorno político del líder ruso antes de la reunión.








