
Ale Capetillo ha regresado a Madrid tras vivir uno de los veranos más significativos: el primero al lado de su familia en Galicia, donde incluso sus mascotas Charly y Bobby descubrieron el mar por primera vez. Desde la distancia, la influencer compartió en Instagram un emotivo “top ten” de los recuerdos que más valoró de su boda religiosa, celebrada en mayo en Hidalgo, México.
El discurso que penetró corazones
En lo más alto de su lista, Ale eligió el conmovedor discurso que le dedicó su hermana, Ana Paula. Con sensibilidad y nostalgia, Ana Pau recordó:
“A veces ese pequeño metro que nos separaba era tan amplio que teníamos que juntar nuestras camas para dormir tomadas de la mano. Deseo que su hogar se llene del amor y las risas que tú trajiste a nuestra familia. Que si alguna vez sienten distancia, sepan borrar ese metro y dormir tomados de la mano. Sobre todo, deseo que disfruten envejecer juntos tanto como yo disfruté crecer contigo.”
Un momento cargado de ternura que provocó lágrimas en toda la familia reunida.
Una entrada de ensueño a caballo
Otro momento que brilló por su teatralidad y emotividad fue la entrada de Ale al altar junto a su padre, Eduardo Capetillo, quien llegó montado a caballo, dándole un aire casi de novela a la escena.
El reencuentro con mamá antes del altar
A puerta del altar, Ale vivió uno de los instantes más íntimos y emotivos: el tierno encuentro con su madre, Biby Gaytán, un momento que llevará siempre en su corazón.
La emoción de la abuelita “Yeya”
Un gesto que no pasó desapercibido fue el detalle con su abuelita paterna, a quien cariñosamente llamó “Yeya”. El haber podido entregarle la mantilla como parte de su ajuar nupcial fue un instante cargado de significado y emoción.
Los simbolismos del vestido y los primeros destellos con el novio
También rememoró el momento de probarse su vestido nupcial diseñada por Lorena Formoso, y cómo su esposo, Nader, reaccionó al verla —una mirada de asombro que quedó grabada en ambos desde ese instante.
La entrada oriental en la recepción
La recepción no fue menos memorable. Ale y Nader hicieron su entrada al ritmo de la tradición libanesa, un guiño cultural que enriqueció la fusión de sus raíces.
El baile nupcial como coro de emociones
El baile de los recién casados fue otro momento clave donde se sintió la mezcla de amor, cultura y emoción que acompañó todo el evento.
El baile padre e hija al ritmo de Timbiriche
Quizás uno de los instantes más lindos y circulados fue cuando Ale bailó con su padre la canción “Hoy tengo que decirte papá”, un tema de Timbiriche, grupo del que su padre fue parte. La nostalgia y el sentimiento se hicieron presentes mientras ambos cantaban, reían y se emocionaban ante los invitados.
Una ceremonia que equilibró dos culturas
La boda religiosa se convirtió en una celebración impecable del amor que unió a dos culturas. Celebrada en la Hacienda Zotoluca, fue testigo de una mezcla vibrante entre tradiciones mexicanas y libanesas, desde la decoración hasta la ceremonia misma.