
11 AGOSTO 2025- NACIONAL- La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dejó claro que en su gobierno jamás se permitirá el ingreso de tropas de Estados Unidos a territorio nacional, en respuesta a la advertencia de Donald Trump sobre posibles operaciones militares contra carteles en América Latina. Durante su conferencia matutina, la mandataria subrayó que México es un país libre, soberano e independiente, y que su administración no pondrá en riesgo esa independencia bajo ninguna circunstancia.
Un mensaje directo a Trump y a la Casa Blanca
Sheinbaum señaló que no habrá subordinación alguna hacia Washington y que, en caso de requerir algún tipo de apoyo técnico o aeronáutico, este se daría bajo condiciones muy específicas y de cooperación controlada, como ha ocurrido en casos excepcionales del pasado. La postura de la presidenta contrasta con el discurso del presidente estadounidense, quien ha defendido públicamente la idea de enviar militares a la región para combatir el narcotráfico, en especial el relacionado con la producción y tráfico de fentanilo.

Trump declaró que su intención es “proteger” a Estados Unidos de la entrada de drogas, acusando a los carteles mexicanos de ser los principales productores de fentanilo con insumos provenientes de China. Según reveló The New York Times, el mandatario incluso habría firmado una orden secreta que permitiría al Pentágono realizar ataques directos y unilaterales contra grupos criminales en territorio extranjero, incluido México, sin requerir autorización del país afectado.
La soberanía no se negocia
La presidenta mexicana destacó que, aunque el combate al narcotráfico es una prioridad, la estrategia debe respetar la soberanía nacional y basarse en la cooperación internacional legítima, no en intervenciones armadas unilaterales. Expertos en relaciones internacionales advierten que permitir tropas extranjeras sentaría un precedente peligroso que podría afectar no solo la política de seguridad, sino también la estabilidad diplomática de la región.

Especialistas en geopolítica recuerdan que México, bajo el principio de no intervención establecido en su política exterior, ha sido históricamente reacio a aceptar operaciones militares extranjeras en su territorio. Casos como la Invasión de Veracruz en 1914 o la Operación Intercepción en 1969 sirven como recordatorios de que la intromisión extranjera en asuntos internos genera tensiones duraderas y desconfianza entre naciones vecinas.