
Desde una entrevista con Fox News, el primer ministro Benjamín Netanyahu reveló su ambiciosa estrategia: toma militar completa de la Franja de Gaza, pero sin intención de administrarla de forma permanente. El plan contempla establecer un perímetro de seguridad, para luego entregar el control a un gobierno civil árabe que no represente una amenaza para Israel.
Este controvertido plan se discutió en una reunión clave del Gabinete de Seguridad israelí, donde surgieron fricciones con el alto mando militar—preocupado por el riesgo que esta ocupación represente para los rehenes—y voces como la del líder opositor Yair Lapid, quien calificó la idea de ocupar Gaza como “una pésima idea”.
La ONU alertó sobre las “consecuencias catastróficas” de la ocupación total, advirtiendo que Gaza ya está al borde del colapso humanitario.
En julio, la OMS detectó cerca de 12,000 niños menores de cinco años con desnutrición aguda, el registro mensual más alto hasta la fecha.
El día de hoy, casi 200 personas, entre ellas 96 niños, murieron por inanición o desnutrición.
Más de 1,650 personas perdieron la vida por disparos del ejército mientras intentaban acceder a alimentos, en tanto Human Rights Watch exige un cese inmediato de exportaciones militares a Israel.
Human Rights Watch ha liderado la presión internacional para suspender la venta de armas a Israel.
En Europa, algunos sectores dentro del Parlamento Europeo denuncian acciones que podrían parecerse a “genocidio”, y exigen sanciones y suspensión del Acuerdo de Asociación con Israel.