
El ambicioso programa de seguridad del Estado de Jalisco, encabezado por el gobernador Pablo Lemus, incorporó tres Tesla Cybertruck como patrullas de lujo y centros móviles de inteligencia. Sin embargo, estas unidades han enfrentado severas críticas: una tuvo una avería y fallaron varias pruebas técnicas que las califican como vehículos no aptos para servicio público.
🔧 Fallas técnicas detectadas en la flota
Las Cybertruck no superaron pruebas clave de confiabilidad debido a múltiples fallos: aceleradores atascados, limpiaparabrisas defectuosos, problemas en cámaras de reversa, adhesivos mal instalados, neumáticos sin alerta de presión y paneles despegables. A tan solo un mes de su introducción, una unidad debió ser remolcada por una llanta ponchada durante un recorrido de vigilancia en Tapalpa.
🏛️ Controversia política y respuestas públicas
La adquisición de estas camionetas de alta gama, valuadas en aproximadamente 2.3 millones de pesos cada una, generó rechazo entre la población y diputados locales. Legisladores como Alejandro Puerto argumentaron que la inversión representa un despilfarro de recursos públicos, pues no se acompañó de una estrategia real para combatir la inseguridad. Por su parte, el gobernador defendió la compra alegando que la policía estatal debe estar “mejor equipada” para fortalecer sus capacidades operativas.
📺 Uso inapropiado y disciplina interna
La polémica también alcanzó otra dimensión tras viralizarse un video donde se observa a dos policías usando la pantalla interior de una patrulla Cybertruck para ver una serie de Netflix, durante su jornada laboral. La Secretaría de Seguridad estatal inició una investigación y separó de sus funciones operativas a los involucrados, calificado como un acto de indisciplina que dañó la confianza pública.
🧩 ¿Una inversión exitosa o una moda costosa sin funcionalidad real?
Aunque las Cybertruck prometían capacidades como conexión satelital por Starlink, sistemas de inteligencia móvil, lectura de REPUVE y blindaje balístico, la operatividad diaria ha mostrado serias limitaciones. Similar a casos en EE. UU., adaptar estos vehículos a tareas policiales puede resultar más costoso y prolongado que usar flotas tradicionales como Ford o Chevrolet, ya probadas en entornos operativos.