
4-Agosto-2025.-España vive una situación alarmante: 302 muertes por ahogamiento se han registrado entre enero y julio de 2025, según los últimos datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS). Este es el peor dato desde que se lleva este tipo de registros, que comenzaron en 2015, y ha encendido las alarmas sobre la seguridad en playas, piscinas y otros entornos acuáticos.
La estadística revela que una parte preocupante de las víctimas son menores de edad, especialmente en zonas donde no hay presencia de socorristas. Andalucía, Canarias y la Comunidad Valenciana encabezan la lista de comunidades autónomas con más muertes, lo que pone sobre la mesa la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en estas regiones, especialmente durante los meses de verano, cuando el flujo de bañistas aumenta considerablemente.
Julio de 2025 ha sido el cuarto peor mes en datos históricos de ahogamientos. Esto se debe, en parte, a la gran afluencia de personas en playas y piscinas durante el verano y a la falta de vigilancia en muchas zonas, algo que sigue siendo uno de los puntos débiles de la seguridad acuática en España. Organizaciones como la RFESS han pedido desde hace años que se legisle para obligar a que todas las zonas de baño público cuenten con personal capacitado.
El valor agregado de este informe es que no solo se limita a exponer cifras, sino que plantea un gran reto social: la concienciación ciudadana. Expertos en salvamento insisten en que la mayoría de los ahogamientos pueden evitarse con educación preventiva, uso de chalecos en entornos no vigilados, supervisión constante de los menores y campañas de información masiva sobre cómo actuar ante emergencias en el agua.
Además, es necesario analizar por qué las cifras no mejoran pese a las recomendaciones. Según especialistas, España carece de una estrategia nacional coordinada que obligue a las administraciones locales a garantizar la seguridad acuática. Mientras tanto, la población sigue expuesta a situaciones de riesgo que, con medidas simples, podrían reducirse drásticamente.
El problema, como advierten asociaciones de salvamento, no es solo la falta de vigilancia, sino también el exceso de confianza de los bañistas, que subestiman el peligro en entornos como ríos, embalses y playas no vigiladas. La RFESS propone reforzar las campañas de educación en colegios y medios de comunicación, además de aumentar el presupuesto para contratación de socorristas, especialmente en las regiones más afectadas por este fenómeno.