28 JULIO 2025- INTERNACIONAL-Un ciudadano israelí nacido en Irán ha sido acusado formalmente de espionaje por presuntamente compartir información militar sensible con agentes de inteligencia iraníes durante el actual conflicto entre Israel y Hamás, así como en la reciente guerra de 12 días entre Israel e Irán. El caso ha generado gran preocupación en el gobierno israelí por la creciente amenaza de filtraciones internas y la compleja red de reclutamiento del régimen iraní.
Según la acusación presentada por la fiscalía israelí, el hombre proporcionó detalles clave a Teherán, incluyendo que misiles iraníes impactaron la base aérea de Nevatim en 2024 y que Israel preparaba un ataque militar contra Irán en mayo de 2025. También habría informado sobre la ruta de drones israelíes lanzados desde Azerbaiyán y sobre un presunto marinero iraní que filtraba información a Israel.
El sospechoso emigró a Israel en 1999 y, años después, durante un viaje a Turquía, se acercó a la embajada iraní. De acuerdo con la fiscalía, recibió documentos oficiales, aunque no se especificó su contenido. Posteriormente, inició una relación amorosa con una mujer iraní, la cual habría servido como puente con agentes de inteligencia de Teherán. A través de Telegram, mantuvo contacto directo con al menos uno de estos agentes incluso después de volver a territorio israelí.
Uno de los elementos más graves del caso es que el acusado aprovechó su vínculo con un amigo israelí cercano a figuras del gobierno para obtener datos clasificados. Incluso usó su conocimiento del idioma para traducir mensajes del presunto marinero informante a espías iraníes, revelando así su identidad. Esta acción no solo comprometió operaciones encubiertas, sino que, según fiscales, también puso en riesgo vidas humanas y seguridad nacional.
El acusado fue arrestado el 1 de julio y compareció ante el Tribunal Regional de Ladd, enfrentando cargos por contacto con agentes extranjeros y por transmisión de información al enemigo. Estos delitos conllevan penas severas, incluyendo la cadena perpetua. Su identidad sigue bajo resguardo legal, como parte de las restricciones de seguridad nacional impuestas por el Shin Bet, el Servicio de Seguridad Interna israelí.
Según fuentes de inteligencia consultadas por medios locales, más de 20 ciudadanos israelíes han sido detenidos en el último año por presunto espionaje en favor de Irán. Además, se estima que cientos de israelíes podrían estar siendo reclutados de forma encubierta. En respuesta, el gobierno ha intensificado su estrategia de contraespionaje, lanzando una campaña de advertencia pública en televisión, radio y redes sociales para frenar la colaboración con agentes iraníes. Este caso subraya la creciente sofisticación de la guerra de inteligencia en Medio Oriente y expone la vulnerabilidad de sistemas internos en tiempos de conflicto.
