28 JULIO 2025-INTERNACIONAL- Las declaraciones del senador estadounidense Lindsey Graham han generado fuertes reacciones a nivel internacional luego de que sugiriera que Israel debería abordar el conflicto en Gaza “al estilo de la Segunda Guerra Mundial”. El político republicano, cercano al expresidente Donald Trump, comparó la actual ofensiva israelí contra Hamás con los bombardeos masivos realizados por Estados Unidos en Berlín y Tokio, lo que culminó con la rendición de ambos países y la ocupación aliada. La comparación no solo ha sido vista como insensible, sino también como peligrosa al normalizar la devastación como camino hacia la paz.
Graham argumentó que, dado que una solución diplomática con Hamás parece cada vez más improbable, Israel debería tomar Gaza por la fuerza, erradicar completamente a sus líderes y reiniciar la región desde cero. Su propuesta incluye la esperanza de que en un futuro, los países árabes tomen el control político tanto de Gaza como de Cisjordania. Sin embargo, estas palabras han sido duramente criticadas por diversos analistas y organismos internacionales, ya que implican justificar el uso desproporcionado de la fuerza en una zona densamente poblada.
El senador señaló que Israel no obtendrá una “seguridad aceptable” mientras Hamás siga existiendo, por lo que la única vía sería una victoria militar total que permita transformar Gaza desde sus cimientos. Esta visión ignora el enorme costo humano de ese tipo de acciones, como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, donde murieron cientos de miles de civiles bajo los bombardeos de Estados Unidos. La declaración se enmarca en un momento delicado, donde la comunidad internacional presiona por un alto al fuego y una solución negociada.
Diversos expertos en relaciones internacionales y derechos humanos han alertado sobre los riesgos de adoptar narrativas históricas bélicas para justificar acciones presentes. Aseguran que la situación en Gaza requiere intervenciones humanitarias y políticas diplomáticas urgentes, no llamados a una destrucción total. Además, los paralelismos con Tokio y Berlín ignoran las complejidades modernas del conflicto israelí-palestino, donde las consecuencias se extienden a generaciones enteras.
En medio de estas declaraciones, se ha conocido que legisladores demócratas están buscando frenar el envío de ciertas armas a Israel hasta que se garanticen condiciones mínimas de protección para los civiles en Gaza. La congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez expresó que «no podemos seguir financiando un conflicto sin exigir responsabilidades humanitarias», añadiendo presión al gobierno de Biden, que hasta ahora ha mantenido su respaldo militar a Tel Aviv. Esta tensión interna en la política de EE.UU. podría tener implicaciones relevantes en las decisiones futuras sobre el conflicto
