
28 JULIO 2025- INTERNACIONAL- La aerolínea Aeroflot, la más importante de Rusia, vivió este lunes uno de sus días más caóticos tras un ciberataque masivo que provocó la cancelación y reprogramación de decenas de vuelos tanto nacionales como internacionales. El incidente afectó el sistema informático central de la compañía, dejando varados a cientos de pasajeros y generando largas filas y confusión en los principales aeropuertos, especialmente en el de Sheremétievo, Moscú. Las autoridades confirmaron el ataque y ya abrieron una investigación formal.
Aunque en un principio la compañía no ofreció detalles específicos sobre el motivo del colapso, los grupos Silent Crow y Cyberpartisans BY reivindicaron el ataque. A través de comunicados en redes, aseguraron haber penetrado la red interna de Aeroflot durante más de un año, obteniendo acceso a sus sistemas críticos y causando lo que describen como «daños estratégicos». La aerolínea incluso pidió a algunos pasajeros abandonar las instalaciones para evitar aglomeraciones, algo que no hizo más que aumentar la tensión.

Desde el Kremlin, el portavoz presidencial Dmitry Peskov calificó la situación como «alarmante» y reconoció que la amenaza cibernética hacia las empresas públicas y privadas en Rusia es constante. La Fiscalía General, por su parte, confirmó que la causa del fallo fue un acceso ilegal a los sistemas y se inició una causa penal por delitos informáticos. Este episodio evidencia una vez más los desafíos que enfrenta Rusia en materia de ciberseguridad, especialmente en el contexto geopolítico actual.
Las repercusiones no solo fueron operativas. En la Bolsa de Moscú, las acciones de Aeroflot cayeron casi un 4%, reflejando la pérdida de confianza de los inversionistas tras la interrupción. La incertidumbre también se extendió a otras áreas del transporte ruso, que ya viene afectado por restricciones aéreas, ataques con drones y medidas de seguridad que han complicado tanto los vuelos como la movilidad en trenes. Este ciberataque se suma a una serie de interrupciones que debilitan la infraestructura logística del país.
Expertos en ciberseguridad advierten que el ataque a Aeroflot podría ser solo una muestra del nivel de infiltración digital que grupos activistas y opositores han logrado dentro de Rusia. Según investigaciones internacionales, este tipo de sabotajes se estaría utilizando como protesta simbólica contra políticas del Kremlin y también como herramienta de presión en el marco de tensiones políticas con países como Bielorrusia y Ucrania. Además, analistas indican que Aeroflot ha sido blanco recurrente debido a su relevancia estratégica y su papel en operaciones logísticas nacionales e internacionales, lo que convierte este ataque en una advertencia seria sobre el estado de protección digital de las infraestructuras críticas rusas