
La jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, arremetió contra la activista y ahora alcaldesa electa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, por su reciente postura sobre las estatuas del “Che” Guevara y Fidel Castro colocadas en la Ciudad de México. Sheinbaum calificó de “muy hipócrita” la actitud de Rojo de la Vega, señalando que ella misma vacacionó en Cuba, país de origen de los personajes que ahora rechaza públicamente.
Remover monumentos sería ilegal e intolerante
Además, Sheinbaum subrayó que la posible remoción de las estatuas sería un acto “ilegal e intolerante”, y aseguró que dichas figuras forman parte del reconocimiento histórico y cultural que México ha construido con otras naciones, entre ellas Cuba. Para la exmandataria capitalina, este tipo de discursos polarizantes solo alimentan el odio y desconocen la historia latinoamericana.
Este cruce de declaraciones ocurre en medio de un ambiente político tenso en la Ciudad de México, donde distintas fuerzas se disputan no solo el poder institucional, sino también el simbolismo del espacio público. La presencia de las estatuas ha generado controversia desde su colocación, dividiendo opiniones entre quienes las ven como un homenaje a la lucha antiimperialista y quienes las consideran una ofensa a las víctimas de los regímenes comunistas.
Claudia Sheinbaum también llamó a defender el derecho a la memoria histórica, recordando que así como existen estatuas de líderes como Gandhi o Martin Luther King en otras partes del mundo, también se pueden encontrar monumentos que representan distintas ideologías. “No se trata de estar de acuerdo con todo, sino de reconocer los hechos históricos que marcaron a la región”, puntualizó.
Alessandra Rojo de la Vega, por su parte, ha mantenido una postura crítica contra la izquierda latinoamericana y ha dicho que no permitirá que figuras como Fidel Castro sean homenajeadas en espacios públicos de la alcaldía que ahora encabezará. Sin embargo, el señalamiento de Sheinbaum sobre su viaje a Cuba pone en entredicho su coherencia política, lo que ha desatado un debate en redes sociales.
Lo que no se ha dicho abiertamente es que la ubicación de estas estatuas en zonas emblemáticas no fue producto de una consulta ciudadana formal, sino de decisiones del gobierno local bajo acuerdos diplomáticos. Esto ha generado malestar en ciertos sectores que sienten que no fueron tomados en cuenta. La discusión actual podría servir como punto de partida para establecer protocolos ciudadanos sobre la colocación y permanencia de monumentos, evitando así conflictos innecesarios en el futuro.
