
18 JULIO 2025-INTERNACIONAL- El reciente cierre del programa de prevención del suicidio para jóvenes LGBTQ+ en Estados Unidos ha generado una oleada de preocupación entre activistas, profesionales de salud mental y miembros de la comunidad. La decisión fue ejecutada este jueves, un mes después de que la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) anunciara el fin del apoyo al programa, una medida tomada bajo la actual Administración Trump.
Este servicio especializado formaba parte de la red de ayuda nacional contra el suicidio, brindando asistencia enfocada a jóvenes de la comunidad LGBTQ+, quienes enfrentan tasas desproporcionadamente altas de depresión, ansiedad y riesgo suicida. Organizaciones defensoras de derechos humanos han criticado fuertemente la medida, alegando que pone en peligro a miles de adolescentes que ya se encuentran en situación vulnerable.

El Departamento de Salud no ha ofrecido detalles claros sobre cómo reemplazará la función de esta línea directa, ni si existen planes para crear un programa similar con enfoque inclusivo. Mientras tanto, varias organizaciones sin fines de lucro han comenzado a movilizarse para intentar cubrir el vacío que ha dejado el cierre, aunque advierten que no cuentan con los recursos necesarios para atender la misma cantidad de casos.
Uno de los puntos críticos señalados es la falta de alternativas oficiales dirigidas específicamente a jóvenes LGBTQ+, quienes muchas veces no encuentran en los servicios generales el respaldo emocional ni la comprensión que requieren. Además, profesionales de la salud mental subrayan que estos espacios seguros son clave para prevenir tragedias, especialmente en contextos donde el rechazo familiar o social agrava el aislamiento.

Es importante mencionar que según datos recientes del Trevor Project, el 45% de los jóvenes LGBTQ+ en EE.UU. han considerado seriamente el suicidio durante el último año. De ese porcentaje, más del 60% señaló que acceder a una línea de ayuda con personal capacitado en temas LGBTQ+ fue clave para evitarlo. La desaparición de este programa podría, por tanto, aumentar el riesgo de suicidios en esta población.