
18 JULIO 2025- INTERNACIONAL- El mundo del paracaidismo extremo está de luto tras confirmarse el fallecimiento de Felix Baumgartner, el austriaco que pasó a la historia como el primer ser humano en saltar desde el borde del espacio y romper la barrera del sonido. Su muerte ocurrió este jueves durante un accidente en Italia, mientras practicaba parapente motorizado en la región de Las Marcas. El impacto sucedió cerca de una piscina de hotel en el pueblo de Porto Sant’Elpidio. El suceso ha generado conmoción mundial entre aficionados a los deportes de riesgo.
Las autoridades locales informaron que Baumgartner, de 56 años, pudo haber sufrido un problema médico durante el vuelo, lo que habría provocado la pérdida de control del parapente. El alcalde Massimiliano Ciarpella señaló que aún se esperan los resultados forenses, pero todo apunta a una complicación súbita en pleno aire. En redes sociales, miles de usuarios comenzaron a compartir tributos, videos y mensajes en honor a uno de los íconos más intrépidos del vuelo humano.

Felix Baumgartner saltó a la fama en 2012 al realizar el salto en paracaídas más alto de la historia desde un globo presurizado en la estratósfera, a más de 39 kilómetros de altura sobre el desierto de Nuevo México, EE.UU. Durante esa hazaña alcanzó una velocidad máxima de 1,342 km/h, convirtiéndose en la primera persona en romper la barrera del sonido sin ayuda mecánica. Ese momento, transmitido a nivel mundial, lo convirtió en una leyenda viva de la exploración humana sin motor.
El austriaco comenzó su carrera como paracaidista a los 16 años, desarrollando sus habilidades con el equipo de demostración del ejército austríaco. En los años 90 migró al salto base, disciplina en la que rompió numerosos récords, incluido el salto más bajo del mundo desde la estatua del Cristo Redentor de Brasil. También fue el primero en saltar desde las Torres Petronas en Malasia y en cruzar el Canal de la Mancha con un traje de alas de carbono, demostrando una y otra vez su dominio del aire.

Tras su épico salto espacial en 2012, Baumgartner ofreció reflexiones profundas que hoy cobran nuevo valor: «Cuando estás allá arriba, en la cima del mundo, lo único que deseas es volver con vida. Ya no piensas en récords, solo en sobrevivir», dijo. Esta declaración, entonces un símbolo de humildad frente al peligro, hoy se vuelve testimonio del equilibrio entre la audacia y la fragilidad humana. Su legado no solo vive en sus récords, sino en la inspiración que sembró en millones.
Lo que muchos desconocen es que después de su retiro de los grandes desafíos, Baumgartner se enfocó en formar nuevas generaciones de atletas extremos. Colaboró en proyectos de ingeniería aeroespacial, asesoró a paracaidistas militares, y participó en investigaciones sobre trajes de alta altitud. Incluso había expresado interés en apoyar futuras misiones espaciales privadas con su experiencia única en la caída libre estratosférica. Su vida no solo fue salto, sino también ciencia, mentoría y contribución a la seguridad en deportes aéreos.
