Chihuahua, Chihuahua, 17 de julio de 2025 – En una noche marcada por las condiciones meteorológicas, los Dorados lograron barrer a los Saraperos de Saltillo, al imponerse 4-3 en un juego prolongado por una intensa lluvia. Con esta victoria, los Dorados se consolidan en busca de un lugar en la repesca de la Zona Norte y estiran su ventaja tras un cierre dramático.
La victoria no solo significó la barrida para los Dorados —que suman tres triunfos al hilo en casa—, sino que también representa un envión anímico fundamental en sus aspiraciones por meterse a la repesca de la Zona Norte de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), una lucha que se ha cerrado en la recta final de la temporada.
El juego inició con ritmo ofensivo por parte de los locales. Fue en la segunda entrada cuando el público se levantó de sus asientos: Alex Mejía, el veterano con experiencia en Grandes Ligas y uno de los bates más encendidos de Chihuahua, conectó un cuadrangular solitario hacia el jardín izquierdo, su decimocuarto de la campaña y segundo en noches consecutivas. El batazo reafirmó su momento dulce en el plato y puso en ventaja a los Dorados, 1-0.
En el tercer capítulo, la ofensiva local siguió generando daño. Andrelton Simmons, otro exligamayorista de presencia crucial para los Dorados, conectó una línea al central que trajo al plato la segunda carrera. Poco después, Jesse Castillo, en un turno inteligente, elevó de sacrificio para que Mejía timbrara la tercera anotación del encuentro. Al término del tercer inning, los locales ya ganaban 3-0 y dominaban el ritmo del juego.
Los Saraperos, sin embargo, no se fueron sin pelear. En la quinta entrada, Missael Rivera, uno de los jugadores más regulares del equipo, conectó un cuadrangular solitario, su número 11 de la temporada, recortando la diferencia a dos carreras. Más adelante en la misma entrada, J.P. Martínez produjo la segunda rayita para los visitantes con un imparable que trajo al plato a su compañero desde segunda.
El juego se puso 3-2, lo que volvió a despertar la tensión en las gradas. Chihuahua respondió rápido: en la parte baja de ese mismo inning, Simmons volvió a figurar, conectando otro imparable productor, ahora para poner el marcador 4-2. Su actuación con el madero fue clave: dos hits y dos carreras impulsadas, aportando en momentos decisivos.
Cuando el juego entraba en sus compases finales, una fuerte tormenta eléctrica se desató sobre la capital chihuahuense. En la octava entrada, justo cuando la tensión iba en aumento, el umpire principal detuvo el encuentro a las 21:46 horas, ante la presencia de rayos y lluvia persistente.
Los aficionados fueron llamados a refugiarse mientras el personal de campo protegía el terreno con lonas. La espera fue larga: una hora y media después, a las 23:16 horas, el partido finalmente se reanudó. Pese al horario, varios cientos de aficionados permanecieron fieles en sus asientos, brindando una ovación al reinicio del juego, en muestra de su compromiso con el equipo y la importancia del duelo.
Al reanudarse la acción, Bobby Bradley generó peligro para los Saraperos: se embasó, se robó segunda, avanzó a tercera por un lanzamiento descontrolado, y eventualmente anotó tras otro wild pitch, esta vez de Jesús Valles, acercando peligrosamente a los visitantes 4-3.
Con el juego en la línea, el mánager de Chihuahua echó mano de su cerrador. Todd Peterson, quien ha sido un recurso confiable en el bullpen dorado, subió al montículo para enfrentar la parte alta de la novena entrada. Con temple y eficacia, retiró en orden a los tres bateadores que enfrentó y logró su primer salvamento de la temporada, asegurando la victoria para los locales.
Una de las grandes noticias para los Dorados fue el regreso de Javier Solano como abridor, luego de más de dos meses sin aparecer en la loma. Aunque no tuvo decisión, su labor fue sólida: lanzó 4.2 entradas, permitió dos carreras (una limpia), dio una base por bolas y ponchó a cinco enemigos, en una labor que mostró señales de recuperación y esperanza para la rotación dorada rumbo al cierre de campaña.
El relevo fue comandado por Christian Torres, quien se adjudicó la victoria (ahora con marca de 6-1), respaldado por Elkin Alcalá, Jesús Valles y finalmente Peterson. En conjunto, el bullpen permitió una sola carrera en más de cuatro entradas, lo que resultó determinante para preservar la ventaja.
Por parte de los Saraperos, el abridor Kurt Heyer cargó con la derrota (récord de 2-3), al permitir cuatro carreras en 4.1 entradas, siendo castigado en los primeros episodios por una ofensiva de Chihuahua que aprovechó cada error y oportunidad.
Con esta victoria, los Dorados mejoran su récord a 34 ganados y 39 perdidos, colocándose a solo 3.5 juegos del sexto lugar de la Zona Norte, la última posición que otorga boleto a la repesca. La barrida sobre Saltillo —equipo que ahora queda con marca de 36-38— les permite recortar terreno de forma directa y posicionarse como serios contendientes en la recta final.
Para los Saraperos, la serie fue un golpe anímico importante. Pasan de tener ventaja sobre Chihuahua a ser rebasados en la serie particular y caer al séptimo lugar en una zona donde cada juego empieza a contar como si fuera de playoffs.
Los Dorados ahora emprenderán una complicada gira por el noroeste del país, enfrentando del 18 al 20 de julio a los Toros de Tijuana, uno de los equipos más potentes del circuito. El Estadio Chevron será el escenario donde los chihuahuenses buscarán extender su buen momento y seguir sumando victorias que los acerquen a la postemporada.
Por su parte, los Saraperos regresarán a casa con la misión de reencontrarse con el triunfo, ya que su margen de error se reduce jornada a jornada.
El triunfo de los Dorados bajo la lluvia no solo simboliza una victoria en la pizarra, sino también una demostración de carácter y resiliencia. El equipo mostró temple en momentos de adversidad, liderazgo en sus veteranos, y una química colectiva que comienza a rendir frutos justo cuando más lo necesita.
