
19-JULIO-2025El escándalo que rodea al CEO de Astronomer, Andy Byron, sigue escalando tras difundirse imágenes que lo muestran en un aparente acto de infidelidad durante un concierto de Coldplay, acompañado de la también ejecutiva Kristin Cabot. Aunque el asunto empezó como un chisme viral en redes, ahora se ha convertido en una controversia corporativa que ha puesto en jaque la imagen de la empresa.
En una entrevista con el New York Post, un ex empleado de Astronomer —que pidió mantenerse en el anonimato— aseguró que más allá del escándalo personal, Andy Byron es conocido dentro de la empresa como un jefe tóxico y agresivo, con una obsesión desmedida por las ventas. Afirmó que esta situación, lejos de generar preocupación, ha sido motivo de burla y alivio entre el personal, tanto activo como antiguo.
«Los chats de ex empleados están que arden… todos se están riendo y disfrutando de que por fin se le esté desenmascarando», reveló la fuente. Según su testimonio, dentro del ambiente laboral de Astronomer ya era conocido el carácter problemático de Byron, lo que agrava aún más la percepción del escándalo actual.
En redes sociales, el caso ha generado una ola de comentarios luego de que la esposa de Andy Byron, Megan Kerrigan, eliminara el apellido del CEO de sus perfiles públicos, sugiriendo un distanciamiento o ruptura. Por su parte, Kristin Cabot, quien según informes se habría divorciado en 2022, también ha sido blanco de críticas.
El impacto de este tipo de escándalos trasciende lo personal y puede tener consecuencias directas en la reputación y operación de una empresa tecnológica como Astronomer, dedicada al manejo de datos y desarrollo de software. En un entorno donde la imagen del liderazgo influye directamente en las decisiones de inversión y retención de talento, estos hechos podrían representar un punto de inflexión para la cultura interna de la compañía. Analistas en relaciones públicas corporativas advierten que la falta de un pronunciamiento oficial por parte de la empresa podría agravar la crisis, mientras que la baja del perfil de LinkedIn de Byron sugiere una estrategia defensiva ante la presión mediática.