
17-jULIO-2025.-Un colectivo ambiental presentó un amparo para frenar las obras de remodelación y ampliación de la Catedral de Cancún, alegando afectaciones al área ecológica conocida como Ombligo Verde, considerada de alta importancia ambiental a nivel municipal. La organización Salvemos Juntos el Ombligo Verde, encabezada por la abogada Katherine Ender, argumenta que los trabajos han provocado pérdida de vegetación nativa y daños al ecosistema.
Durante una conferencia de prensa, Ender estuvo acompañada por Graciela Saldaña, exdirectora de Ecología del municipio de Benito Juárez, quien también respaldó las denuncias. Ambas señalaron que especies como Palma Chit, Caoba, Tzilam, Guayacán y hasta la chachalaca, una ave protegida, han sido severamente impactadas. Aseguran que el Ombligo Verde contiene una riqueza ecológica comparable o incluso superior al parque Kabah, y por tanto, su protección debe ser prioritaria.
El juicio de amparo también solicita la revocación del comodato del terreno que fue entregado por el Ayuntamiento a la Diócesis Cancún-Chetumal. Según los activistas, la Iglesia no ha demostrado capacidad para conservar el entorno natural, por lo que consideran que el predio debe ser restituido al municipio y sometido a planes de restauración ecológica reales y participativos.
Como valor agregado, ambientalistas señalaron que además de las especies mencionadas, en la zona se han detectado hongos micorrízicos únicos, esenciales para el ciclo del agua y la retención de carbono, lo cual convierte al Ombligo Verde en un recurso natural estratégico para combatir el cambio climático a nivel local. Su destrucción no solo tiene efectos visuales o estéticos, sino que compromete directamente la salud ambiental de toda la ciudad.

El colectivo exige que se detengan inmediatamente las obras, se indemnice el daño ecológico y se haga un estudio de impacto ambiental retroactivo. También llamaron a la ciudadanía a involucrarse activamente en la defensa de este pulmón verde, señalando que la omisión de las autoridades ha sido sistemática y favorece intereses ajenos al bienestar colectivo.
Finalmente, pidieron a la autoridad judicial considerar el precedente que podría sentarse: permitir obras sobre áreas protegidas sin sanción, lo cual abriría la puerta a nuevos atentados ecológicos en nombre de desarrollos religiosos, turísticos o comerciales. «Esto no es un ataque a la fe», aclararon, «sino una defensa de lo poco que nos queda de naturaleza en la ciudad».