
#MAÑANERADELPUEBLO La polémica se encendió luego de que la Auditoría Superior de la Federación (#ASF) reportara que durante el gobierno de #CuitláhuacGarcía en #Veracruz, existen más de 2 mil 600 millones de pesos sin aclarar. El organismo detalló que hay un presunto daño patrimonial por 2,666 millones, generando dudas sobre el manejo de recursos públicos en la entidad.
Al ser cuestionada sobre estas irregularidades, Claudia Sheinbaum defendió al exgobernador, asegurando que es “un hombre honesto”. Según su argumento, las observaciones de la ASF suelen derivar en faltas administrativas menores que no implican necesariamente corrupción, intentando así matizar la gravedad del informe.
Sheinbaum minimiza el presunto daño patrimonial
Pese a la contundencia del reporte de la ASF, Sheinbaum insistió en que Cuitláhuac García goza de buena fama pública. Reiteró que confía en su honestidad y lo describió como un “gran trabajador” en su nuevo cargo al frente del Centro Nacional de Control del Gas Natural (CENAGAS), buscando blindarlo ante las críticas y el escrutinio público.
Sin embargo, el señalamiento de la Auditoría es claro: hay un daño a las finanzas públicas de Veracruz por más de 2,600 millones de pesos. Para los críticos, el respaldo de Sheinbaum no solo minimiza el problema, sino que refuerza la percepción de encubrimiento político hacia aliados cercanos.

Críticas a la narrativa oficial
Mientras la ASF denuncia un grave daño patrimonial, la narrativa oficial sostiene que se trata de observaciones técnicas sin mayor fondo. Esto ha generado molestia en diversos sectores que exigen aclarar el destino del dinero, resaltando que Veracruz es uno de los estados con mayores carencias y necesidades sociales.
El tema ha escalado en el debate público, con opositores señalando que la defensa de Sheinbaum refleja la intención de proteger políticamente a aliados. Para ellos, resulta preocupante que se ignore un presunto desfalco multimillonario con argumentos que restan importancia al problema.
El caso de Cuitláhuac García se ha vuelto un ejemplo del conflicto entre las exigencias de transparencia y la lealtad política. Aunque Sheinbaum resalta su confianza en el exgobernador, la ciudadanía demanda investigaciones claras y rendición de cuentas sobre el manejo de recursos públicos.