
15 DE JULIO-La reciente amenaza del expresidente Donald Trump de imponer aranceles secundarios del 100 % a los países que mantengan comercio con Rusia encendió las alarmas en varias capitales del mundo, y China no se quedó callada. En una conferencia de prensa, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, fue claro: “Las guerras comerciales no tienen ganadores” y “la presión y las sanciones unilaterales no resolverán los conflictos”. Con esto, Pekín lanza un fuerte mensaje contra la estrategia de Trump para presionar un acuerdo de paz entre Kiev y Moscú.
Lin Jian respondió a la pregunta sobre si Pekín estaba preocupado por el ultimátum de Trump, señalando que la única solución viable es el diálogo y la negociación. Según el funcionario, recurrir a medidas punitivas solo complica más la situación y aleja cualquier posibilidad de una resolución pacífica. Además, remarcó que China se opone tajantemente a la «jurisdicción de brazo largo», es decir, a que Estados Unidos intente controlar indirectamente las decisiones comerciales de otros países mediante sanciones.
El gobierno chino también hizo un llamado a que todas las partes involucradas hagan un esfuerzo mayor por crear condiciones favorables para la paz, en lugar de aumentar la tensión con amenazas económicas. “La coerción no traerá resultados duraderos”, subrayó Lin Jian, en una postura coherente con el papel de China como actor diplomático que busca mostrarse neutral en el conflicto ucraniano, pero claramente crítico de la política exterior estadounidense.

El origen de esta nueva controversia fue una declaración de Trump, quien aseguró que si en 50 días no hay un avance significativo hacia un acuerdo de paz, él impondrá aranceles del 100 % a los países que continúen comerciando con Rusia. Aseguró que estos serían “los más severos hasta ahora” y los calificó como una forma de presión para obligar a Moscú a sentarse a negociar. La medida, sin embargo, ha sido vista por muchos analistas como un golpe más a la economía global en lugar de una estrategia de paz efectiva.
Desde Rusia, la respuesta no se hizo esperar. El vicepresidente del Consejo de Seguridad y exmandatario, Dmitri Medvédev, minimizó por completo el anuncio del expresidente estadounidense, llamándolo un “ultimátum teatral”. Según él, Europa esperaba ver resultados inmediatos, pero en Moscú, simplemente “no les importó”. Con esta reacción, el Kremlin reafirma su posición de no ceder ante presiones externas, especialmente si provienen de figuras que ya no tienen poder ejecutivo directo.
Una parte que poco se discute es cómo este tipo de aranceles secundarios impactarían a países aliados o neutrales que mantienen lazos económicos con Moscú. Estados como India, Brasil o incluso Turquía podrían verse afectados por estas amenazas, obligándolos a modificar su política exterior o asumir el costo económico de las sanciones. Para muchos de ellos, verse atrapados entre la presión de Washington y los beneficios del comercio con Rusia se convierte en un dilema que podría modificar el tablero geopolítico global.
