
14-Julio-2025.-La temporada de verano arrancó con gran afluencia turística en la playa Miramar, ubicada en Ciudad Madero, Tamaulipas, donde familias de Nuevo León se dijeron emocionadas de vacacionar, y en algunos casos, hasta con la intención de toparse con cocodrilos en libertad. Lejos de causar temor, los saurios se han convertido en parte del “encanto” del sur del estado, según expresaron los visitantes.
Para muchos turistas, la presencia de estos reptiles representa un atractivo inusual, siempre y cuando se respete su espacio natural. “Si no atacas a los cocodrilos, tampoco te van a hacer nada”, señaló Armando Valladares, quien transportó a 50 personas en un tour grupal desde Nuevo León. Agregó que incluso sabiendo de las recientes salidas de cocodrilos debido a las inundaciones, esto no fue motivo para cancelar el viaje.
Erik Iglesias, otro visitante procedente de Apodaca, compartió que es la segunda vez que visita la playa Miramar y, pese a los reportes de cocodrilos y bloqueos carreteros, no tuvieron ningún contratiempo. “Todo está muy bonito. No hay temor”, comentó mientras paseaba con su hijo por la zona.
Sin embargo, no todo es idílico. Desde 2008, el colectivo SOS Cocodrilos ha registrado 53 interacciones negativas con humanos, la mayoría con consecuencias fatales. En todos los casos, se ha confirmado que las víctimas invadieron zonas de hábitat natural, especialmente en la Laguna del Carpintero. La autoridad ha insistido en no alimentar ni acercarse a los reptiles, por más “fotogénicos” que parezcan.
El fenómeno de turismo de riesgo involuntario que se empieza a formar en torno a la presencia de cocodrilos plantea un desafío para las autoridades locales. Aunque hay protocolos de manejo de fauna, la normalización del contacto con animales salvajes puede derivar en accidentes si no se refuerzan campañas informativas y señalización adecuada. La Secretaría de Turismo de Tamaulipas ha señalado en años anteriores que los cocodrilos no son un atractivo, sino un riesgo controlado, por lo que su avistamiento no debe promoverse como experiencia recreativa. La afluencia masiva de visitantes refuerza la necesidad de reforzar medidas de protección ambiental, rutas seguras y concientización turística.