
11 DE JUNIO-Un rescate infantil ocurrido en el condado de Cobb, Georgia, ha generado indignación y alarma en todo Estados Unidos, luego de que la policía tuviera que romper las ventanas de un automóvil para salvar a dos niños que estuvieron atrapados por más de 40 minutos bajo un calor sofocante. La temperatura dentro del vehículo alcanzó los 47.2 °C (117 °F), lo que pudo haber causado un desenlace fatal.
El dramático incidente sucedió en el estacionamiento del centro comercial Cumberland, al noroeste de Atlanta. Según medios locales como FOX 5 Atlanta, una mujer que pasaba por la zona escuchó los gritos de los pequeños y no dudó en llamar al 911. Su rápida reacción fue clave para alertar a las autoridades, quienes llegaron al sitio con urgencia para romper el cristal del auto y liberar a los niños.
En las imágenes captadas por una cámara corporal de los agentes, se ve a los oficiales rompiendo las ventanas y consolando a los menores, visiblemente afectados por el encierro y el calor. Uno de los oficiales se escucha decir con ternura: “Está bien, nena”, mientras los saca del auto. El video fue difundido posteriormente por medios como KGNS TV, causando un fuerte impacto en redes sociales.
El hombre responsable del hecho fue identificado como J’quawn Dixon, quien había dejado a los niños encerrados para ir de compras al centro comercial. A su regreso, fue arrestado por la policía y se le acusó formalmente de crueldad infantil. Aunque fue liberado poco después tras pagar una fianza de 10 mil dólares, su acción generó un fuerte debate público sobre la negligencia y los peligros de dejar niños dentro de autos, especialmente en climas cálidos.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa un problema recurrente en EE.UU. Durante cada verano, decenas de menores mueren por hipertermia tras quedar olvidados en vehículos. Según la organización KidsAndCars.org, en promedio, 38 niños mueren cada año en estas condiciones. Algunos estados han endurecido las leyes para castigar estos actos, pero aún existe un vacío en la legislación de muchos otros, donde dejar a un menor solo en un auto no es considerado delito a menos que haya consecuencias graves. Especialistas exigen una campaña nacional obligatoria de concientización y sensores en los autos nuevos que alerten sobre la presencia de menores en los asientos traseros.
Este tipo de tragedias son evitables y dependen, en gran medida, de la responsabilidad de los adultos. La tecnología, el activismo social y una legislación más estricta podrían ser la clave para evitar que este tipo de negligencia vuelva a costar vidas inocentes.
