
Una noche de horror sacudió a San Cristóbal de la Barranca, municipio al sur de Zapopan, cuando sujetos armados irrumpieron en una vivienda y desataron una lluvia de balas que acabó con la vida de cuatro personas: un hombre de 35 años, una mujer de 34, una niña de 13 años y un niño de 2 años y 9 meses. Solo un menor de 9 años logró sobrevivir, aunque resultó con heridas leves. Con un valor desgarrador, el niño salió corriendo en busca de auxilio hacia el fraccionamiento cercano y, en un estado de shock, logró alertar a un ciudadano que lo vio malherido y llamó al 911.
Las autoridades llegaron poco después y encontraron los cuerpos de los adultos y de los niños pequeños con impactos de arma de fuego. El hermano mayor del sobreviviente fue hallado con una herida en la frente por un objeto contundente. Los primeros informes no ofrecen claridad sobre los agresores ni las motivaciones del ataque.
Agentes de la Fiscalía del Estado, peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y la Guardia Nacional acudieron al lugar para resguardar la escena y recolectar evidencias. Mientras tanto, el niño sobreviviente fue trasladado a “Ciudad Niñez” donde recibe atención especializada.
Este ataque se enmarca en una escalada de violencia extrema contra civiles en Jalisco. En los últimos meses, la entidad ha registrado múltiples masacres familiares y homicidios selectivos, un reflejo alarmante del recrudecimiento del crimen organizado en la región.