
El lanzamiento de la primera ‘#Barbiediabética’ por parte de Mattel ha generado polémica por varias razones que van más allá del juguete en sí. Aunque muchos celebran el gesto como un paso hacia la inclusión y la visibilización de enfermedades crónicas infantiles, otros sectores lo critican desde distintos ángulos:
📌 1. ¿Marketing con causa o oportunismo comercial?
Algunos consideran que Mattel está aprovechando una enfermedad seria como estrategia de marketing, en lugar de abordar el tema desde un compromiso real con la concienciación. Para los críticos, lanzar una muñeca con diabetes parece más un movimiento para mejorar la imagen de la marca tras años de acusaciones por promover estándares de belleza poco realistas, que una verdadera campaña de educación.
📌 2. Representación simbólica, pero sin cambios físicos
La muñeca no presenta ninguna diferencia física visible respecto a otras Barbies. Aunque incluye un monitor de glucosa y suministros de insulina, para algunas personas esto no representa con fidelidad la experiencia diaria de vivir con diabetes tipo 1, que implica punciones frecuentes, rutinas médicas estrictas y una carga emocional considerable.
📌 3. Preocupación por la normalización médica en el juego infantil
Hay sectores que opinan que medicalizar los juguetes puede quitarle el carácter lúdico al juego. Temen que niñas y niños sanos terminen jugando con dispositivos médicos sin entenderlos, o que quienes tienen la enfermedad puedan sentirse etiquetados o limitados a “jugar solo con Barbies como ellos”.
📌 4. Miedo a estigmatizar en lugar de integrar
Aunque el objetivo es visibilizar, también hay preocupación de que los niños con diabetes sean aún más señalados o etiquetados por tener una muñeca “diferente”. En contextos escolares o sociales, esto podría acentuar la exclusión si no se maneja con empatía ni educación en torno a la enfermedad.
📌 5. Debate sobre qué condiciones deben representarse
Una vez que Mattel abre la puerta a enfermedades específicas, muchos se preguntan por qué una Barbie con diabetes y no una con cáncer, epilepsia, síndrome de Down o parálisis cerebral. La selección de qué incluir y qué no, genera preguntas sobre los criterios que la empresa usa para representar ciertas condiciones sobre otras.