
Grecia ha sido sacudida por una intensa ola de calor, al grado de cerrar temporalmente la emblemática Acrópolis de Atenas para resguardar a visitantes y trabajadores. Este martes, el icónico sitio arqueológico permaneció cerrado durante varias horas, entre las 10:00 ± 14:00 GMT (1 p.m. a 5 p.m. hora local), cuando las temperaturas superaron los 40 °C, alcanzando máximas de 41 °C en algunas zonas.
Además del cierre, las autoridades griegas implementaron pausas obligatorias para quienes laboran al aire libre, incluyendo obreros, repartidores y agricultores, desde el mediodía hasta las 17:00 horas en regiones urbanas, islas y la península del Peloponeso, para prevenir golpes de calor.
La combinación de aire caliente, alta humedad y vientos fuertes no solo eleva las temperaturas, sino que también incrementa el riesgo de incendios forestales, situación que mantiene en alerta máxima especialmente el este del territorio griego .
Este fenómeno es parte de una ola de calor que ya ha dejado al menos ocho muertos en Europa y ha provocado incendios en zonas como Tarragona (España) Además, el año pasado marcó un nuevo récord global de temperatura, situándose más de 1.5 °C por encima de la era preindustrial.
Frente a este panorama, la cultura, la salud pública y la conservación patrimonial se han visto seriamente afectados: la Acrópolis, con piedras centenarias, sufre tensiones térmicas; gran parte del país ha pausado actividades esenciales al aire libre; y la gestión del turismo ha debido readaptarse ante un nuevo desafío climático.