
En Puebla, existe un lugar donde la espiritualidad y la diversidad se unen en un mismo altar: “Iglesia de la Comunidad Metropolitana Libres por Amor”, la primera y única iglesia en la ciudad que declara abiertamente su identidad como comunidad cristiana LGBT+. Cada domingo, fieles como Ever, Edgar, Héctor y Enrique se reúnen para reconectar con su fe, en un ambiente libre de prejuicios donde se proclama que no hay nada que “curar” y que todos caben en la «mesa de Dios».
A su llegada, cientos de fieles se encuentran en un espacio cálido y acogedor: una bandera arcoíris ondea junto al altar, música y color predomina, y tras la ceremonia, todos comparten comida, música y conversación en un ambiente de familia. No se trata de una iglesia tradicional sino de una comunidad en la que “la comunión no es solo un rito, sino un acto de afirmación y pertenencia”.
Enrique Zenteno, uno de los pastores, narra testimonios de jóvenes dañados por discursos eclesiásticos homofóbicos, provenientes incluso de “terapias reparativas”, y que aquí encuentran sanación y aceptación. Este templo forma parte de la red global de Iglesias de la Comunidad Metropolitana (ICM), fundada en 1968 para darle cabida espiritual a la comunidad LGBTQ+.
El escenario en Puebla va más allá: colectivos como “Católicas por el Derecho a Decidir” impulsan campañas como “Amar es Diversidad” para romper con narrativas religiosas discriminatorias y promover inclusión en todo el país. Asimismo, las Iglesias de la Comunidad Metropolitana en Puebla participan en las marchas del orgullo, ondeando pancartas con leyendas como “Jesús no discriminó, nosotros tampoco”.