Ganado ovino y bovino, los más afectados por esta plaga
Exportación ganadera sufre pérdidas millonarias por restricciones sanitarias

La Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) reportó siete nuevos casos de gusano barrenador en el estado de Yucatán, distribuidos en seis municipios. Con estos, la cifra total asciende a 26 casos confirmados, lo que ha encendido las alertas del sector agropecuario por el impacto que esta plaga podría tener en la producción y economía ganadera del país.
Los animales infectados, ovinos y bovinos de distintas edades, presentaron heridas abiertas que facilitaron la invasión del gusano. En Oxkutzcab, por ejemplo, el ganado tenía lesiones en los testículos, extremidades y metacarpo; uno de los animales afectados apenas tenía dos meses de edad. En Chapab, las heridas se localizaron en orejas, ombligo y zona pélvica, con víctimas tan jóvenes como de ocho días de nacidas.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), todos los casos están controlados y bajo vigilancia, por lo que no ha sido necesario el sacrificio de los animales. Sin embargo, la situación es preocupante por su posible propagación a otras regiones ganaderas del país.
En paralelo, autoridades federales informaron que desde noviembre del año pasado, México ha interceptado 32 cargamentos de ganado infectado con esta plaga en el sur del país, evitando así su ingreso a otras zonas. Gracias al trabajo conjunto de la Secretaría de Agricultura, la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, se logró evitar que el gusano barrenador llegara al centro y norte del país.
Una de las consecuencias más graves ha sido la suspensión temporal de exportaciones de ganado vivo a Estados Unidos, una medida que ha provocado pérdidas estimadas en 700 millones de dólares para el sector ganadero nacional. Aunque se espera una reapertura gradual, el impacto económico ya se ha hecho evidente.
Las autoridades continúan reforzando la vigilancia sanitaria en puertos y fronteras para contener la plaga y proteger la sanidad animal y la economía del país, al tiempo que se hace un llamado a los ganaderos a reportar cualquier sospecha de casos y a reforzar las medidas preventivas en sus unidades de producción.