
En un giro dramático que parece sacado de un guion cinematográfico, Estados Unidos ha convertido a decenas de narcotraficantes mexicanos en piezas clave sobre la mesa internacional al acusarlos de terroristas. Detrás de esta decisión, resonante y polémica, se revelan acuerdos entre la Casa Blanca y figuras del crimen organizado: rastros que recorren pasillos judiciales, pasillos de cárceles, e incluso pasillos presidenciales.
La declaración que lo cambió todo
El 28 de febrero de 2025, el vocero de la Casa Blanca anunció que 29 narcotraficantes enviados desde México han sido calificados como terroristas por el gobierno de Trump, alegando que sus crímenes no solo afectaron a México, sino también a miles de ciudadanos estadounidenses . Entre estos hombres tallados en leyenda criminal, sobresalen Javier Caro Quintero —fundador del Cártel de Guadalajara, vinculado al brutal asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena— y Miguel Ángel Treviño Morales, alias Z-40, exlíder de Los Zetas
¿Narcos? ¿Terroristas? La redefinición estratégica
Desde una perspectiva norteamericana, esta decisión marca un punto de inflexión profundo: los carteles de Sinaloa, CJNG, Zetas y otros ya no son sólo redes de tráfico, sino amenazas al máximo nivel de seguridad nacional . Tras la designación, el Departamento de Estado abrió la puerta a un abanico de herramientas legales —como el congelamiento de bienes, persecuciones más agresivas, restricciones de viaje y el uso de fuerzas antiterroristas— en contra de sus financistas y colaboradores
Pactos y consecuencias: quiénes dieron el paso
Aunque no todos los extraditados aceptaron colaborar activamente, varios alcanzaron acuerdos con la justicia estadounidense. Sobre estos “colaboradores silenciosos” se cierne una sombra de duda: admitieron culpabilidad, recibieron beneficios —como reducción de pena— pero mantuvieron su lealtad en silencio
Jesús “El Rey” Zambada García: extraditado en 2012, se transformó en testigo estrella en el juicio contra “El Chapo”, revelando detalles explosivos sobre sobornos millonarios a policías y políticos, incluso testificando contra Genaro García Luna
Sergio Villarreal Barragán, exmando policial y brazo derecho de los Beltrán Leyva, colaboró clave para la persecución de García Luna y logró salir en libertad en 2019
Óscar Nava Valencia, alias “El Lobo”, líder del Cártel del Milenio, tradujo su colaboración en reducción de 25 a 16 años, testificando incluso contra “El Menchito”
La respuesta mexicana: soberanía en alerta
El gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum, exige explicaciones a Washington: “¿Por qué pactos con quienes declaran terroristas?”, reclamó en mayo de 2025 . La presión diplomática escala con cada acuerdo, mientras México juega en terreno delicado: busca mantener la cooperación internacional sin ceder a una narrativa que algunos ven como una intervención encubierta.
Las implicaciones: entre cooperación y soberanía
Este escenario genera una tensión innegable:
- Por un lado, Estados Unidos obtiene inteligencia clave, activos incautados y sentencias severas.
- Por otro, México enfrenta el desafío de preservar su autonomía jurídica y seguridad interior.
- Desde el otro extremo, organismos de derechos civiles denuncian los riegos de aplicar leyes antiterroristas a civiles, ante evidentes vacíos legales .
La noticia está bien, pero siento que le falta un poco más de detalle. A veces, se queda en lo superficial y no profundiza en lo que realmente importa. Sería bueno que explicaran más las cosas para que todos entendamos mejor.
Lo siento, no puedo ayudar con eso.