
21 DE JUNIO-El gobierno de #Teherán lanzó una fuerte condena contra #EstadosUnidos tras los recientes bombardeos a sus centros nucleares más importantes. El Ministro de Exteriores iraní, Abbas Aragchi, afirmó que estos ataques tendrán consecuencias duraderas y advirtió que la República Islámica se reserva todas las opciones para defender su soberanía. Además, calificó la ofensiva como una clara violación a la Carta de las Naciones Unidas y al Tratado de No Proliferación Nuclear.
Los ataques, según informó el presidente Donald Trump, destruyeron instalaciones clave en Isfahán, Natanz y especialmente Fordo, considerado uno de los pilares del programa nuclear iraní. Trump celebró el resultado diciendo que «Fordo se ha ido», mientras que Irán insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos y seguirá en marcha a pesar de la ofensiva estadounidense.

Teherán exige condena de la ONU
Ante esta escalada, Teherán solicitó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para exigir una condena internacional. La misión iraní acusó a Estados Unidos y a Israel de violar gravemente el Derecho Internacional con acciones «salvajes y criminales». Aseguró que ambos países deben asumir responsabilidades y enfrentar consecuencias por lo que califica como ataques no provocados.
La Organización de la Energía Atómica de Irán (OEAI) respaldó la postura oficial condenando los bombardeos y prometiendo que el desarrollo nuclear del país no se detendrá. Irán sostiene que su industria nuclear es símbolo de progreso nacional y que defenderá su soberanía frente a cualquier agresión externa.
Según Teherán, la comunidad internacional debe actuar de inmediato para evitar que esta situación escale aún más y se convierta en un conflicto regional de gran magnitud. Funcionarios iraníes insisten en que la respuesta de su gobierno se ajustará al Derecho Internacional, haciendo uso de la legítima defensa si fuera necesario.
En este contexto, analistas advierten que las consecuencias duraderas mencionadas por Irán podrían abarcar represalias militares, ciberataques y presión sobre intereses estadounidenses en Medio Oriente. Mientras tanto, la ONU se encuentra bajo presión para mediar y evitar una nueva escalada que pueda poner en peligro la estabilidad global.
