
El caso de Micaela Andrea Lator, de 47 años, y su hijo Esteban Nicolás Cuello, de seis, hallados sin vida en su casa, ha causado conmoción y abierto el debate sobre el agotamiento al que se ven expuestas las mujeres que, aún casadas, terminan maternando en solitario.
De acuerdo con medios locales, los cuerpos de madre e hijo fueron encontrados muertos en su casa ubicada en Pehuajó al 2300, en el barrio El Rocío, en Florencio Varela (Argentina), pero el caso tomó un giro desgarrador al revelarse que Micaela dejó una carta con sus motivos: la crisis matrimonial y la maternidad en solitario.
Micaela le habría arrebatado la vida a su hijo, con espectro autista, para después suicidarse, dejando una carta para su esposo Fernando Cuello.
“Ahora vas a poder hacer tu vida, ya no vas a tener que viajar más. Yo solo te pedía un abrazo para Esteban y para mí, un beso a la mañana antes de irte a trabajar. No te pedíamos mucho… No te vamos a mendigar más. Nos vas a recordar toda la vida”, escribió la mujer a su esposo, quien descubrió los cuerpos al regresar a casa.
“Ya no volveremos a ser ignorados”, el lamento de Micaela Lator
“Era débil dirán. No, solo me cansé de luchar contra molinos de viento. De suplicar amor, comprensión, un abrazo, alguna frase como que todo estará bien”, se lee en otra carta encontrada en casa.
“Me equivoqué muchas veces pero jamás creí que sería con vos… Porque todo estaba bien en algún momento. Lamento que no supiste disfrutar a Esteban, que no hablaras con él, un beso al irte a trabajar. En fin, ya todo terminó, ya no volveremos a ser ignorados, ya no mendigaremos por tu amor. Si todo salió bien y ya no estamos en este mundo, quiere decir que ya descansamos”.
Según cita El Doce TV, la mujer habría disparado contra su hijo, que agonizó durante cinco horas antes de perder la vida; después procedió contra ella misma, quien habría tardado seis horas antes de fallecer; así lo habría confirmado la autopsia.
El mismo sitio señala que la familia confirmó que Micaela ya había tenido un intento previo de suicidio, toda vez que su propia madre falleció de la misma manera. Además, la mujer padecía de depresión y había estado bajo tratamiento.
Es muy triste ver cómo una madre puede llegar a hacer algo así. Aunque se mencionan motivos desgarradores, nunca se justifica quitarle la vida a un niño. Es un recordatorio de la importancia de buscar ayuda y apoyo en momentos difíciles.
Es increíble lo que ha pasado. No hay justificación para algo así, por más difícil que sea la vida. La violencia nunca es la solución, y un niño merece amor y protección, no un final tan trágico.