
El historiador conservador Karol Nawrocki ha sido elegido nuevo presidente de Polonia tras obtener el 50.9% de los votos, superando por poco al liberal Rafal Trzaskowski, alcalde de Varsovia. La comisión electoral estatal (PKW) confirmó los resultados definitivos luego de una jornada electoral muy cerrada. Este desenlace marca un giro inesperado, ya que las encuestas a pie de urna daban como ganador a Trzaskowski.
Trzaskowski incluso declaró su victoria en la noche del domingo, basándose en esos primeros datos. Nawrocki, sin embargo, pidió paciencia, asegurando que la diferencia era mínima y que aún quedaba esperanza. Al final, tenía razón. El nuevo presidente llega con el respaldo de la oposición conservadora nacional, el partido Ley y Justicia (PiS), que había perdido el poder hace año y medio.
Como historiador conservador, Nawrocki es defensor de los valores tradicionales, la familia y la soberanía nacional. Aunque respalda la ayuda a Ucrania, se opone a que el país vecino se una a la OTAN o a la Unión Europea mientras siga la agresión rusa. También ha expresado su rechazo a las políticas migratorias y climáticas impulsadas desde Bruselas.


El rol del presidente en Polonia es mayormente protocolario, pero cuenta con un arma poderosa: el veto. Nawrocki, como su antecesor Andrzej Duda, podría frenar leyes impulsadas por el primer ministro pro-UE Donald Tusk, cuyo gobierno no tiene mayoría suficiente para anular vetos presidenciales. Esto podría frenar reformas clave, como la del poder judicial o el aborto.
Nawrocki fue una figura poco conocida hasta que el PiS lo impulsó como candidato. Apasionado del boxeo, el fútbol amateur y admirador de Donald Trump, incluso viajó a Washington para sacarse una foto con él en plena campaña. Pero no todo ha sido gloria: se le acusó de aprovecharse de un anciano al adquirir un apartamento con descuento. Tras el escándalo, anunció que donaría la propiedad a una organización benéfica.
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