
CHICLAYO (EFE).— León XIV decía que él también es migrante, al igual que lo fue Jesús, un mensaje que los venezolanos llegados a Perú con dramáticas historias a sus espaldas recibían como un regalo.
Estos días recuerdan más que nunca en Chiclayo, donde el nuevo papa fue obispo por ocho años y alzó la voz por ellos.
En Chiclayo, recuerdan a Robert Prevost
Vixy Ferrer llegó a esta localidad del norte peruano en autobús en 2018, en la semana 37 de embarazo, porque en Venezuela no podía someterse a la cesárea que necesitaba y desde su arribo fue cercana al programa de atención a migrantes que Robert Prevost inició.
“Monseñor Robert Prevost fue una persona que siempre alzó la voz por los migrantes. Siempre nos decía una palabra cada vez que íbamos a una misa o que estábamos cerca de él, decía que no nos preocupáramos, que recordemos que Jesús también fue migrante. Esa es una palabra que siempre retumba en mi corazón”, dice al reportero de EFE desde su casa.
Un año después, llegó el resto de su familia, pero la alegría de la reunión duró poco porque a su madre, Fina Sofia, le diagnosticaron cáncer de seno y estaba en situación irregular.
“No contaba con los recursos necesarios. Gracias a la Comisión de Movilidad Humana y a través de monseñor Prevost, mi mamá pudo acceder a los servicios como sus tomografías, sus quimioterapias y ya luego a un carné de extranjería para que ella pudiera atender sus temas de salud”.
Esta familia no puede aún creer que el hombre que ayudó a pagar los tratamientos oncológicos de Fina sea el nuevo papa.
Ayuda a migrantes venezolanos
El director de la Comisión de Movilidad Humana y Trata de Personas de la Diócesis de Chiclayo, Augusto Martínez, cuenta junto a esta familia que Prevost creó esta unión de laicos y religiosos ante la llegada masiva de venezolanos a Perú, el segundo país del mundo que más ciudadanos de Venezuela ha recibido.
“Él no buscaba el asistencialismo, era algo que tuvo muy marcado, que ellos no estén dependiendo siempre de una ayuda”.
Explica que con esta intención, coordinaron con diferentes organizaciones de ayuda internacional e instituciones públicas se hicieron programas de regularización migratoria para lograr formalizar a estas personas con permisos temporales de permanencia y más adelante obtener su carné de extranjería.
Es genial ver que alguien con tanto poder, como el Papa, se preocupa por los migrantes. Su mensaje de que todos somos migrantes, como Jesús, es muy conmovedor y puede ayudar a que la gente entienda mejor las dificultades que enfrentan los que llegan a otros países buscando una vida mejor. Sin embargo, también es importante que este apoyo se traduzca en acciones concretas y no solo en palabras. La empatía es fundamental, pero necesitamos más que buenas intenciones para ayudar a quienes lo necesitan.
Es genial ver que hay personas en posiciones de poder que se preocupan por los migrantes y su situación. La empatía y el apoyo son fundamentales en momentos difíciles, y que alguien como el papa León XIV hable de la migración de una manera tan humana es un gran paso. Sin embargo, también es importante que estas palabras se traduzcan en acciones concretas, porque al final del día, lo que realmente necesitan las personas migrantes son soluciones reales a sus problemas.
Es genial ver que alguien tan influyente como el Papa León XIV se preocupe por los migrantes. En un mundo donde a menudo se ignoran sus historias y sufrimientos, su mensaje de solidaridad es un rayo de esperanza. Sin embargo, sería aún mejor si ese apoyo se tradujera en acciones concretas que realmente mejoren la vida de estas personas. Hablar está bien, pero hay que actuar también.