
El contraste entre la festividad y la violencia cotidiana

En India, el Día de las Madres se celebra cada segundo domingo de mayo, al igual que en muchos países occidentales. Es una fecha en la que hijos e hijas entregan flores, preparan comidas especiales o escriben cartas para sus madres como muestra de amor y gratitud. Sin embargo, detrás de esta imagen tierna, se esconde una realidad mucho más cruda para millones de mujeres en ese país.
La violencia doméstica en India es una problemática persistente y profundamente arraigada. En muchos hogares, golpear a una mujer —incluso en presencia de los hijos— es tan común que se ha normalizado socialmente. En algunas regiones, ni siquiera es mal visto; más aún, intervenir en una disputa conyugal puede ser motivo de censura social o hasta represalias.
Una cultura que silencia el sufrimiento de las madres
A pesar de las campañas gubernamentales y los programas internacionales de concientización, las cifras de agresiones contra mujeres en la India siguen siendo alarmantes. Según la Oficina Nacional de Registro de Crímenes (NCRB), cada año se registran miles de denuncias por violencia doméstica, aunque se estima que muchas más nunca se reportan por miedo o presión familiar.
Paradójicamente, muchas mujeres son celebradas públicamente como madres ejemplares, mientras que en sus propios hogares viven bajo la sombra del maltrato y la sumisión. La cultura del “honor familiar” les impide hablar, salir de casa o incluso denunciar. Y en zonas rurales, la figura del esposo sigue siendo vista como una autoridad incuestionable, incluso cuando esa autoridad se ejerce con golpes y humillaciones.
¿Festejar o sobrevivir? La doble cara del Día de las Madres

El Día de las Madres, entonces, se convierte para muchas mujeres en un día más de silencio, donde deben sonreír para la foto mientras esconden moretones o heridas emocionales. Algunas reciben regalos de sus hijos, pero no pueden decidir libremente cómo usarlos. Otras simplemente reciben órdenes de continuar con sus tareas domésticas, como si no fuera su día también.
Organizaciones feministas en India han aprovechado esta fecha para alzar la voz. Algunas realizan manifestaciones, campañas digitales o jornadas de reflexión para visibilizar que no puede haber un verdadero homenaje a las madres si no se garantiza su derecho a vivir sin miedo.
En muchos contextos indios, la violencia contra la mujer no solo es común, sino que también es aceptada, y eso convierte al Día de las Madres en una fecha con una fuerte contradicción. Se celebra la maternidad, pero se ignora el sufrimiento de quienes la ejercen. Se agradece a las madres por su sacrificio, pero se permite que ese sacrificio incluya abusos y maltratos que nadie cuestiona.
Romper con esta “normalidad” es un desafío que requiere más que campañas publicitarias. Es necesario un cambio cultural profundo que enseñe desde la infancia el valor del respeto, la equidad y la dignidad de todas las mujeres. Porque no hay regalo, poema o flor que compense el silencio forzado de una mujer maltratada.
En este Día de las Madres, más que celebrar con mensajes vacíos, muchas voces en India piden reflexión y acción. Que esta fecha sirva para visibilizar y transformar una realidad que duele, especialmente a las mujeres que, en lugar de ser honradas, sobreviven a diario en un sistema que todavía las considera propiedad o carga familiar.
Es genial ver que se están tomando medidas para mejorar la situación, pero a veces siento que se hace mucho ruido y al final no se ven cambios reales. Ojalá que esta vez sí se logre algo que beneficie a todos.