
CIUDAD DE MÉXICO (EFE).— El informe “Niñez no acompañada: riesgos y violencias en la ruta migratoria por México”, presentado por Plan International y Save the Children, advierte sobre las múltiples violaciones a los derechos humanos que afrontan las infancias migrantes al cruzar México.
El estudio documenta una alarmante alza del 514% del número de menores en tránsito por el país en los últimos seis años, lo que refleja un contexto de creciente vulnerabilidad infantil ante políticas migratorias restrictivas y violencia estructural.
La investigación se basó en 155 entrevistas a menores y adultos responsables de su cuidado en las ciudades fronterizas de Ciudad Juárez, Reynosa y Tijuana.
Carmen Elena Alemán, directora regional de Plan International, señaló que este fenómeno se da en un contexto “muy crítico” para América Latina y el Caribe, donde una de cada cuatro personas migrantes es menor de edad.
En México, esta tendencia es particularmente notoria por el incremento de la migración infantil.
Carmen Alemán explicó que “miles de niños y niñas adolescentes emprenden cada año un trayecto a través de México, solos o acompañados, en busca de protección (…), reunificación familiar o porque buscan mejores condiciones de vida”. Sin embargo, muchos de ellos terminan separándose de sus acompañantes durante el trayecto, lo que los expone aún más a la violencia, el crimen organizado y otros peligros.
El informe destaca que en Ciudad Juárez, por ejemplo, el 63% de los menores migrantes salieron de sus hogares con un familiar o tutor, pero solo un tercio logró llegar a México acompañado.
Esta situación ha propiciado que el número de menores no acompañados se haya duplicado en los últimos años, pasando de 69,500 en 2019 a más de 137,000 en 2023, según cifras oficiales.
Ángeles Camacho, de Save the Children, advirtió que los menores no acompañados representan “una de las expresiones más graves de desprotección infantil”, y agregó que “ser niña, niño, adolescente y estar solo en movilidad en un país como el nuestro es sinónimo de vulnerabilidad total”.
Entre los riesgos más frecuentes que afrontan están el reclutamiento forzado, la trata, la explotación y la falta de acceso a salud y educación.
Ángeles Camacho alertó sobre la evolución de los flujos migratorios: aunque los visibles han disminuido, la movilidad infantil persiste y ha adoptado formas más discretas, con “más rutas invisibles, riesgos silenciosos y afecciones emocionales que nadie atiende”.
Esto dificulta aún más la identificación y atención oportuna de estos menores en tránsito.
El informe también critica el aumento de la militarización y los controles migratorios en México, que no detienen la migración sino que la hacen más peligrosa. Los menores terminan recurriendo a rutas irregulares por zonas inseguras, mientras los espacios de acogida se encuentran en zonas de alto riesgo, lo que limita su movilidad y acceso a servicios esenciales.
Es realmente preocupante ver cómo los niños migrantes enfrentan tantos peligros en su camino. No deberían tener que pasar por eso. Lo que necesitan es protección y apoyo, no más riesgos. Es hora de que se tomen acciones serias para cuidar de ellos y garantizar su seguridad.
Es realmente preocupante ver cómo los niños migrantes están cada vez más expuestos a peligros. No solo son vulnerables por su situación, sino que además enfrentan riesgos que no deberían existir para nadie, mucho menos para los más pequeños. Es fundamental que se tomen medidas para protegerlos y garantizar su bienestar. La infancia no debería ser un campo de batalla.
Es preocupante ver cómo los niños migrantes enfrentan tantos peligros en su camino. Deberíamos estar haciendo más para protegerlos y garantizar su seguridad. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras ellos sufren. Es hora de que se tomen acciones concretas para cuidar de su bienestar.