
En un universo donde la nostalgia de lo analógico se mezcla con las distorsiones del futuro, Oneohtrix Point Never ha sabido construir un sonido muy característico que no solo está revolucionando la electrónica experimental, sino que también llamó la atención de nombres importantes del pop contemporáneo.
Desde The Weeknd, Rosalía, James Blake y FKA Twigs hasta Soccer Mommy, ANHONI e incluso los hermanos Safdie… el trabajo de este artista es enorme y, así como suele pasar, su nombre no tiene el peso e importancia que debería. Es por eso que acá les contamos sobre este mega músico y productor, y por qué es una de las piezas clave de todo lo que escuchamos en la actualidad.

¿Quién es Oneohtrix Point Never?
Pero, ¿quién es realmente la persona detrás de todo esto? Oneohtrix Point Never (también conocido como OPN) es el nombre artístico de Daniel Lopatin, quien nació el 25 de julio de 1982, en Massachusetts, Estados Unidos. Creció junto a sus papás quienes eran músicos aficionados y tenían varios sintetizadores en casa.
Es por eso que desde pequeño, Daniel aprendió a amar esos sonidos de teclado análogos, típicos de los años 70 y 80. Y claro, no es casualidad el pseudónimo que eligió, pues “Oneohtrix Point Never” proviene de un juego de palabras relacionado con Magic 106.7, una estación de radio de originaria de Boston que Lopatin escuchaba de niño y ponía pura música de estas décadas.

Daniel Lopatin empezó a experimentar con sintetizadores antiguos desde joven, pero fue hasta mediados de los 2000 –ya bajó el nombre de Oneohtrix Point Never– cuando su proyecto realmente despegó. Con discos como Betrayed in the Octagon (2007) y Zones Without People (2009), comenzó a perfilar un sonido que mezclaba la estética lo-fi, el ambient, nostalgia y una sensibilidad muy particular que no siempre se encuentra en la electrónica.
La música que Daniel estaba haciendo parecía de un futuro pasado: distorsionada, melancólica y misteriosa. Sin embargo, su gran momento llegó en 2010 con Returnal, un álbum donde el noise se mezcla con melodías electrónicas instrumentales brutales. Gracias a este material discográfico, OPN comenzó a circular en el radar de la crítica más clavada.
Pero el estatus de Oneohtrix Point Never como artista de culto definitivo se dio un año después con Replica (2011), un disco construido principalmente a partir de samples de comerciales de televisión de los ochenta. Sí, así como lo leen, tomó pedazos de anuncios olvidados y los convirtió en paisajes sonoros alucinantes que al escucharlos sientes como si estuvieras en otra época.
Desde entonces, Daniel no ha dejado de evolucionar. En álbumes como R Plus Seven (2013) y Garden of Delete (2015) llevó su sonido a terrenos cada vez más completos, entre glitch, vaporwave, noise y pop abstracto. Garden of Delete, en particular, es uno de los trabajos más bizarros de su carrera, pues es un disco conceptual inspirado en su adolescencia freak, con referencias a aliens y referencias al nü metal.
Para este punto de su carrera, Lopatin ya se había ganado un nombre dentro de la industria musical por su propia cuenta, pero para muchos era más visto como un héroe dentro del underground que alguien famoso. Pero fue en la segunda mitad de los 2010 cuando Daniel dio el salto definitivo al mainstream… aunque a su manera.
El productor detrás de las estrellas pop
Si había algo que pocos veían venir, era que Oneohtrix Point Never se convirtiera en una pieza clave del sonido pop de la década. Todo empezó de forma natural, después de colaborar con artistas como Anohni en el poderoso Hopelessness (2016) y hacer un remix impresionante de “Find My Way” de Nine Inche Nails, Daniel Lopatin atrajo la atención de una artista grande: FKA Twigs
Así fue como en 2019, Lopatin produjo la rola “daybed” para la artista británica, incluida en su popular disco Magdalene. Sin embargo, durante más o menos ese mismo periodo que Daniel logró cautiva con su peculiar estilo a uno personajes más importantes del entretenimiento actual: ni más ni menos que The Weeknd.
Para que chequen cómo estuvo el asunto, Oneohtrix Point Never coprodujo After Hours, donde además tocó teclados y hasta hizo en un remix de “Save Your Tears”. Desde entonces ha colaborado en los más recientes proyectos de Abel Tesfaye, como Dawn FM y Hurry Up Tomorrow, recibiendo créditos por su enorme labor en el sonido y la producción de estos álbumes. Aunque no es el único nombre grande con el que ha unido fuerzas.
En 2022, Daniel hizo equipo con A.G. Cook para producir juntos “Every Rule” de Charli XCX, incluida en su disco Crash. Pero dejando de lado los sintetizadores y las vibras electrónicas, Lopatin se aventó por su cuenta la producción de Sometimes, Forever, el tercer álbum de estudio de Soccer Mommy. Así que como verán, este artista es sumamente versátil y un gran oído para cualquier género.
Oneohtrix Point Never no se detuvo ahí. Se aventuró en el cine, empezando con The Bling Ring de Sofia Coppola, pero en 2017 se ganó el premio a Mejor Banda Sonora en el Festival de Cannes 2017 por Good Time, el frenético thriller de los hermanos Safdie. Su score combinaba synths noventeros, tensión extrema y una sensibilidad emocional que sin exagerar, elevó tanto a la trama como a los personajes de la película.
La colaboración fue tan efectiva que volvió a trabajar con los Safdie en Uncut Gems (2019), la famosa cinta protagonizada por Adam Sandler. Además de su camino por el séptimo arte, Daniel continúa colaborando con otros grandes artistas, entre ellos Rosalía y James Blake, agregando su propio sello sin importar el género ni el estilo de la figura con la que trabaje.
¿Qué es lo que hace especial a Oneohtrix Point Never?
En medio de su faceta como productor, Daniel siguió creciendo su carrera solista. En 2020 lanzó Magic Oneohtrix Point Never, un disco sumamente nostálgico que funciona como un homenaje a la era dorada del radio FM. Lleno de melodías que te enganchan, sonidos de sintonización y grandes colaboraciones, el álbum muestra la habilidad de Lopatin para jugar con la memoria auditiva colectiva y convertirla en arte.
Más recientemente, en 2023, Daniel Lopatin regresó con Again, un disco que, según sus propias palabras, explora “lo que pasaría si pudiera colaborar con su yo de 17 años”. Este álbum reúne todos los sonidos que ha explorado en su carrera: hay ambient, hay noise, hay pop decontruido y, sobre todo, hay una carga emocional tremenda. Es como si tomara lo que ya había hecho, lo mejorara y llevara al siguiente nivel.
En una época en la que la música se siente cada vez más plana, Oneohtrix Point Never destaca por su capacidad de construir texturas sonoras que son tan emotivas como conceptuales. No se conforma con producir beats pegajosos o rolas bonitas: busca desafiarnos, quiere llegar a nosotros a través de nuestras memorias y que escuchemos la belleza dentro del ruido.
Además, su manera de moverse entre el underground y el mainstream sin perder su identidad es algo que pocos artistas logran. Puede producir a una superestrella como The Weeknd un día, y al siguiente lanzar un álbum ambient sin estructura convencional, y todo se siente genuino. Algo que definitivamente, pocos productores y artistas se pueden dar el lujo de hacer.

En resumen, Oneohtrix Point Never es uno de esos artistas que no solo definen su generación, sino que expanden los límites de lo que la música pop puede ser. Y aunque a veces su obra puede sonar rara en primera escucha, si te dejas llevar, terminas atrapado en su mundo de glitches, melodías rotas y belleza distorsionada. Un verdadero arquitecto de sueños digitales en tiempos caóticos.