
CIUDAD DE MÉXICO.— Los grupos de la delincuencia organizada han encontrado en el mercado de cigarrillos ilegales una fuente creciente de ingresos, participando tanto en el contrabando como en la comercialización de estos productos.
De acuerdo con un reporte del Seminario sobre Violencia y Paz de El Colegio de México (Colmex), el comercio ilegal de cigarros ya representa el 20 por ciento del mercado nacional.
En México se consumen diariamente alrededor de 70 millones de cigarrillos, de los cuales 14 millones, que representan 20%, son de procedencia ilegal, en su amplia mayoría (90%) importados ilegalmente al país.
En ese comercio ilegal participan grupos de la delincuencia organizada, tanto en el contrabando, como en la comercialización.
Origen del producto
De acuerdo con el reporte “Cigarros ilegales y crimen organizado”, elaborado por investigadores del Colmex, 90% de las cajetillas de cigarros ilegales son de seis marcas importadas de manera ilegal de Emiratos Árabes, Vietnam, Suiza, India, Corea del Sur y China.
Al menos eso se aprecia si se atiene a las marcas que aparecen en las cajetillas.
Además, los datos de los empaques analizados por los investigadores indican que algunos de esos cigarros ilegales se producen en los estados de México, Campeche, y Ciudad de México.
El documento preparado por Manuel Pérez Aguirre y Roberto Roldán Vargas y coordinado por Sergio Aguayo Quezada, del Seminario sobre Violencia y Paz, de esa institución, destaca que, el tabaco es uno de los bienes más traficados ilegalmente en el mundo.
De 10 a 12% de los cigarros que se consumen anualmente a escala global es ilícito, lo que corresponde a un estimado de 400 a 460 billones de cigarrillos al año.
En México, las cifras son aún más altas. Los cigarros ilegales representan 20% del mercado lo que supone un incremento en relación con el año 2021, cuando esta cifra alcanzaba solamente 18%.
De acuerdo con estudios del Instituto Nacional de Salud Pública, el comercio ilícito de cigarros en ocho ciudades mexicanas creció 140% en menos de una década, pasando de 8.5% del consumo nacional en 2017 a 20.4% en 2023.
Mérida, entre las ciudades de mayor incidencia
Destaca el caso de Guadalajara, donde el comercio ilegal de cigarrillos pasó de 10.6% en 2017 a 23.9%; Mérida, de 7.8% a 19.5%; y Monterrey, donde pasó de 1.4% a 18.6% en el mismo periodo.
En la Ciudad de México, en 2017 se estimaba en 6.6% y en 2023 en 10.6%, según datos del INSP, sistematizados por los investigadores.
En el reporte, los académicos destacan que en México existen registros que indican que al menos desde el año 2012 se detectó esa actividad, cuando se incautaron 116 millones de cigarrillos ilegales.
Gerardo Esquivel, investigador de El Colegio de México dijo que en 2019 la autoridad señala que los estudios realizados en 2017 referían que estábamos ante un consumo alto, pero no tanto como lo consideraban las empresas cigarreras.
Pero lo que ha pasado es que (según una encuesta realizada en 2023), ya se rebasaron las estimaciones hechas por las propias compañías.
Índice de fumadores
Una de cada cinco cajetillas del mercado sería de origen ilícito.
Llama la atención que, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Global de Tabaquismo, realizada en 2024, 15 millones de mexicanos fuman regularmente, 10% de los hombres y 3% de las mujeres fuma todos los días, con un promedio de ocho cigarros.
Esquivel indica que la venta ilegal de cigarrillos abarca contrabando, falsificación, producción clandestina y evasión de empresas formales.
Es preocupante ver cómo el contrabando de cigarrillos sigue creciendo, a pesar de los operativos que se hacen. Esto muestra que las medidas no están funcionando como deberían. La gente sigue buscando formas de conseguir productos más baratos, pero al final, esto solo alimenta un mercado ilegal que afecta a todos. Es hora de que se tomen acciones más efectivas para frenar este problema.
Es preocupante ver cómo, a pesar de los esfuerzos de las autoridades, el contrabando de cigarrillos sigue en aumento. Esto no solo afecta a la economía, sino que también pone en riesgo la salud de las personas que consumen productos sin regulación. Es hora de que se tomen medidas más efectivas para frenar este problema, porque si no, parece que todo el trabajo que se hace no sirve de nada.