
24 de abril 2025- Katy Perry regresó con todo a los escenarios y eligió la Arena CDMX como el punto de partida para su esperada gira Lifetimes Tour, una experiencia visual y musical que va más allá de un simple concierto. La cantante californiana ofreció un show espectacular, con una narrativa inspirada en los videojuegos y una estética post-apocalíptica que dejó al público entre la emoción y la nostalgia.
A pesar de que sus álbumes recientes como Witness o 143 no han tenido el mismo impacto comercial que sus discos clásicos como Teenage Dream o Prism, Katy Perry demuestra que sigue siendo una figura clave en el pop. Esta gira no busca competir por los charts, sino celebrar su legado junto a sus fans más fieles, los Katy Cats.
Un concierto dividido en niveles como un videojuego
El concepto central del Lifetimes Tour se construye como un videojuego donde Katy Perry interpreta a una androide que debe completar diferentes misiones para salvar al mundo. Cada parte del concierto se divide en «niveles» como Artificial, Woman’s World o End Game, con visuales futuristas, efectos especiales y una mascota virtual llamada Kitty Bot, que acompaña a la cantante durante todo el show.
Cada acto tiene una estética única y canciones que representan momentos específicos de la carrera de Katy. Desde los hits que marcaron su auge como California Gurls o I Kissed a Girl, hasta temas de su nuevo disco como All The Love, que dedicó a su hija Daisy, el concierto es un recorrido completo por todas sus eras musicales.

Katy y el público mexicano: una conexión especial
La energía en la Arena CDMX fue inigualable. Desde que Katy Perry pisó el escenario, quedó claro que México le guarda un cariño especial. La cantante agradeció por permitirle iniciar su gira en el país y no tardó en bromear con el público: “¡Viva La México! Soy la tía Katy”, dijo entre risas, ganándose aún más aplausos y ovaciones.
Uno de los momentos más emotivos fue durante el nivel Choose Your Own Adventure, cuando la artista interpretó dos canciones a elección del público, incluyendo Not Like the Movies, un tema que no cantaba en vivo desde 2012. A través de un código QR, los fans participaron en la selección, haciendo de esta parte algo muy íntimo y especial.
El poder de los visuales y la estética electrónica
Uno de los elementos más destacables de este tour es la estética futurista y el fuerte uso de visuales estilo cyberpunk. A lo largo del show, las pantallas mostraban desde paisajes digitales hasta animaciones que acompañaban cada canción, dándole ese aire de videojuego interactivo. También hubo lugar para el EDM, con versiones remix de varios éxitos que dividieron opiniones entre los fans.
Aunque algunas canciones fueron modificadas para adaptarse a este formato, la esencia de Katy Perry siempre estuvo presente: carisma, color y cercanía con sus seguidores. Y aunque la sobrecarga de electrónica no fue del gusto de todos, se agradece el riesgo creativo que tomó con este concepto.

Una mariposa como símbolo de renacimiento
El clímax del show llegó cuando Katy Perry derrotó al “jefe final” en su historia ficticia y liberó a miles de mariposas, un símbolo que ha utilizado constantemente en la promoción de su disco 143. La cantante cerró con broche de oro con Roar y el icónico Firework, elevando literalmente la experiencia al volar sobre el escenario en una gigantesca mariposa luminosa.
Este tour no es solo un repaso de su carrera, sino también una declaración: Katy Perry ha renacido. Puede que no esté en la cima de las listas, pero se mantiene firme en el corazón de sus fans y en el escenario, reinventándose con cada gira y disco.