Jugar ouija es cosa del pasado. Comunicarse con los muertos a través de una tabla de madera le pertenece a aquellos que vieron películas de espíritus y posesiones como El exorcista, Don’t Look Now, Evil Dead o The Shining. Entonces, ¿qué les toca ahora a las generaciones más recientes? La respuesta es una mano embalsamada y una película titulada Talk to Me.
Talk to Me (Háblame) es una producción australiana de A24 dentro del género de terror (quizá el más destacado de la casa productora), y representa el debut como directores de Danny y Michael Philippou, creadores de contenido y fundadores del canal RackaRacka, el cual tiene más de 6 millones de suscriptores.
Talk to Me se ha convertido en una de las películas más exitosas en la taquilla a nivel mundial (de hecho, tendrá una secuela). Así que con su estreno en México, por acá estaremos platicando de por qué Talk to Me es una gran película dentro y fuera del género de terror y si vale la pena lanzarse a verla al cine.
¿De qué trata Talk to Me?
Talk to Me tiene como protagonista a Mia, una adolescente que tras la muerte de su madre por un aparente suicidio, (prácticamente) vive con su mejor amiga Jade en una casa enorme que comparte con su madre y su hermano menor. Al inicio de la película, nos dejan claro que el vínculo de amistad entre Mia y Jade es muy fuerte.
La trama se desarrolla cuando Mia se obsesiona con unos videos de posesiones que se han hecho virales en redes. Todo consiste en un ritual muy simple: una mano embalsamada y una persona que permite la entrada de algún espíritu al contacto con ella. Las reglas que se deben respetar son también muy básicas, y es que la conexión no debe durar más de 90 segundos, pues se corre el riesgo de que el espíritu se quede de este lado…
Así que cuando asisten a una fiesta y descubren que la mano está ahí, Mia decide realizar el ritual. ¿El resultado? Una experiencia más similar a un orgasmo que a un suceso aterrador. Y esto sucede, en parte, porque es imposible saber con qué espíritu se va a conectar; y una vez realizada la conexión, es como viajar a un segundo plano.
Después de que Mia explica lo grandioso de la experiencia, Jade presta su casa para que su novio y otras personas realicen en el ritual. Y es aquí donde las cosas se ponen turbias, pues se rompen las reglas. Y sí, todo se sale de control.
Talk to Me, una película sobre conexiones emocionales y físicas
Talk to Me es una película que de entrada presenta una narrativa de horror basada en las posesiones. Cada que alguien toma la mano embalsamada, se conecta con un espíritu que, descubrimos, permanece en una especie de limbo en la que ni siquiera le resulta “opcional” conectarse al mundo de los vivos.
Eso no lo sabemos. Y la película explora poco esta parte porque al final, si alguien tiene un tema inconcluso, son los vivos, no los muertos. Son los primeros los que se aferran a la idea de conectar con el más allá para así, primero, divertirse, y luego enfrentar sus propios demonios. Y eso es lo que hace interesante a Talk to Me.
De este modo, en Talk to Me el tema de las posesiones pasa a un segundo plano para centrar su historia y el desarrollo de los personajes, sobre todo el de Mia, hacia las conexiones y el contacto humano más básico.
En Talk to Me, Mia lidia con la pérdida de un familiar, y su historia se encamina hacia cómo mucha veces encontramos consuelo en la memoria más inmediata. En la cinta, es literal establecer contacto con los espíritus que han deambulan. La pregunta que establece y que la audiencia debe resolver es la siguiente:
¿Son acaso los muertos los que necesitan volver al mundo de los vivos o los vivos necesitan una experiencia así para reconectar con su realidad? Talk to Me hace una reflexión interesante sobre los constantes reencuentros que tenemos con nosotros mismos a partir de experiencias que pueden ser dolorosas, el proceso para superarlas y la felicidad que surge después de dar por terminado un tema así.
¿Por qué una mano es el motif de Talk to Me?
Y luego está el tema de la mano. No es casualidad que los hermanos Philippou eligieran una mano para que fuera el punto de conexión entre los espíritus y los humanos. Primero porque se trata de un aspecto personal para los australianos a partir de un terrible accidente que tuvieron en la adolescencia.
Danny tuvo un accidente automovilístico a los 16 años. Y mientras estuvo hospitalizado no dejaba de temblar. Fue así como su hermana lo visitó, le dio la mano y dejó de temblar. Danny dijo en entrevista que entendió que el temblor venía del shock que persistía después del accidente.
La mano, por ende, representa esa necesidad tan básica de conexiones con otras personas. Nuestros primeros contactos, la mayoría de las veces, se dan por la voz o la mirada. Pero es el tacto el que crea un vínculo que parece ser, inicialmente, físico, pero establece el principio de una relación emocional tanto para bien o para mal.
El terror en Talk to Me corresponde a las nuevas generaciones
Cuando decimos que el tema de las posesiones pasan a segundo plano, es porque el centro de su historia se basa en lo que escribimos arriba: conexiones y contacto humano como una forma de recuperar la memoria de lo que fuimos, somos y seremos.
Pero no quiere decir que no sea importante. Al contrario. Es genial. Los efectos especiales son increíbles y aterradores en la medida que vamos comprendiendo cómo funciona el ritual y las implicaciones que puede tener el hacerlo.
Otro punto a favor de la cinta es que es divertido todo el proceso; sin embargo, los directores logran equilibrar una dinámica que parte de una narrativa en relación a la generación que protagoniza la película (son centennials) y el aspecto emocional.
AQUÍ les contamos de la controversia que ha atravesado la cinta, y que de hecho, no tiene nada que ver con la trama.
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