
LIMA (AP).— Un tribunal peruano condenó ayer a 15 años de prisión por lavado de activos al expresidente Ollanta Humala y dictó igual pena para su esposa Nadine Heredia por recibir dinero de la constructora brasileña Odebrecht para financiar sus campañas presidenciales de 2006 y 2011.
Los magistrados de la Corte Superior Nacional sostuvieron que Humala y Nadine Heredia recibieron cerca de tres millones de dólares en aportes ilegales para esas campañas por parte de la empresa brasileña y del gobierno del entonces presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013).
También fue condenado a 12 años de cárcel por lavado de activos al hermano de Nadine Heredia, Ilán.
Humala llegó al poder en 2011 tras vencer en segunda vuelta a la política derechista Keiko Fujimori.
Nayko Coronado, una de las tres jueces del tribunal, ordenó que los condenados sean encarcelados de inmediato.
El expresidente, el único sentenciado que estaba presente, fue rodeado por varios policías que lo acompañaron afuera de la sala de audiencias.
Humala, un militar retirado de 62 años, escribía y hablaba por su celular. Su esposa, de 48 años, no estaba presente en la sesión y según la defensa siguió la audiencia de forma virtual por estar mal de salud.
Ambos estarán en la cárcel hasta el 28 de julio de 2039.
La pareja estuvo presa de forma preventiva entre 2017 y 2018 por pedido de la fiscalía para evitar una fuga pese a que ambos siempre asistieron a las audiencias.
Humala es el tercer exmandatario peruano condenado a prisión en casi dos décadas, luego de que en 2024 Alejandro Toledo (2001-2006) fue sentenciado a 20 años y seis meses por corrupción y lavado de activos por recibir dinero de Odebrecht, y que el fallecido Alberto Fujimori (1990-2000) recibiera en 2009 tres sentencias por corrupción y otra adicional como autor intelectual de 25 asesinatos.
Nadine Heredia es la primera esposa de un mandatario peruano en ser condenada. Ambos tienen tres hijos de 23, 21 y 14 años.
Juicio de casi tres años
El juicio empezó en 2022 y por él desfilaron 220 testigos. Buena parte de ellos, según la juez Coronado, negaron haber aportado las sumas de dinero que el partido político de Humala les atribuyó.
Incluso algunos dijeron “no tengo ni para comer” como para contribuir con 2,600 dólares a una campaña política, de acuerdo con la magistrada.
La sentencia marca un precedente para otros juicios por lavado de activos en Perú, dijo a la prensa Silvana Carrión, defensora de los intereses del Estado.
Uno de ellos es contra Keiko Fujimori por el presunto lavado de sobornos de Odebrecht que utilizó en su campaña presidencial de 2011.
La fiscalía ya pidió 30 años de cárcel para la hija del exmandatario Alberto Fujimori.
Odebrecht admitió en 2016 que pagó millonarios sobornos a políticos de casi toda Hispanoamérica a cambio de obtener obras públicas.
Las primeras investigaciones fiscales contra Humala empezaron en 2015 y un año antes de que Odebrecht comenzara a delatar a los políticos poderosos de todo el continente.
La mayoría de los presidentes que gobernaron Perú desde 2001 tienen cuentas pendientes con la justicia por sus nexos con la constructora brasileña.
Toledo está preso cumpliendo una sentencia, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski está bajo prisión domiciliaria y Alan García, quien gobernó entre 1985 y 1990 y luego entre 2006 y 2011, se suicidó en 2019 minutos antes de ser detenido por una orden fiscal mientras era investigado por los sobornos recibidos de Odebrecht.
Es una pena ver cómo un expresidente termina en prisión por corrupción. Esto solo alimenta la desconfianza de la gente hacia los políticos. Deberían ser más responsables y transparentes. Es triste que se repita esta historia en diferentes países.
Es increíble cómo algunos exmandatarios se ven envueltos en escándalos de corrupción. La verdad, es triste que la política esté tan manchada por estos casos. La gente espera que quienes están en el poder actúen con honestidad y no se aprovechen de su posición. Al final, todos terminamos pagando las consecuencias de sus actos.
Es increíble cómo algunos políticos piensan que pueden salirse con la suya. Humala y su esposa recibieron una condena justa por sus acciones. Es hora de que los líderes entiendan que la corrupción no tiene cabida y que deben rendir cuentas por lo que hacen. La justicia, aunque tarde, siempre llega.