
Cancún, Quintana Roo.- Luego de cinco años de construir obras para que opere el Tren Maya, el gobierno federal aceptó que los trabajos dañaron zonas de la Península de Yucatán, particularmente la selva maya, cenotes y el acuífero.
Fue a traves de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que informaron que el gobierno ya evalúa las zonas en cuestión que incluye la deforestación de más de 11 mil hectáreas, la contaminación de más de 30 cenotes y afectaciones a la fauna nativa durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, el espeleólogo y activista ambiental Guillermo DChristy lamenta que aunque el gobierno aceptó las afectaciones causadas por el ferrocarril y anunció que para mitigarlas quitará las mallas de vías y cenotes, aún no ven “que se comience a retirar las mallas y vemos que cada día siguen pavimentando de forma ilegal los laterales del viaducto elevado del mal llamado Tren Maya”.
“Gobierno acepta daños en Tren Maya: retirará malla de vías y cenotes”.
Aun no vemos que se comiencen a retirar las mallas y vemos que cada día siguen pavimentando de forma ilegal los laterales del viaducto elevado del mal llamado @TrenMayaMX @SelvameMX
https://t.co/kTWmUfqEqG— Guillermo DChristy
(@gchristy65) April 14, 2025
Aceptan que Tren Maya dañó la Península de Yucatán, pero siguen pavimentando viaducto “de forma ilegal”
Esta aseveración del también buzo ocurre después de una entrevista que concedió a El Financiero, donde dijo con optimismo que el gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum “se comprometió a retirar las mallas metálicas que encapsulan al viaducto elevado y de los cenotes”.
No obstante, hasta hoy 14 de abril de 2025 eso todavía no ocurre y, por el contrario, “siguen pavimentando de forma ilegal los laterales del viaducto elevado”, reamarcó.
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Y es que hace unos días Semarnat admitió públicamente el impacto negativo tras un recorrido por el tramo 5 sur, y se comprometió a retirar mallas metálicas que encapsulan cenotes, además de evaluar la declaración de reservas de la biosfera en la zona.
Los ambientalistas también calculan que se talaron 10 millones de árboles tan solo en el tramo 5 y agregan que:
“La cuenta no contempla todas las minas a cielo abierto que se abrieron con explosivos, ni los talleres y áreas que también fueron deforestadas. Si pensamos en el total de la deforestación con los proyectos asociados como el aeropuerto y los hoteles, la cuenta fácilmente puede doblarse hasta 20 millones, considerando el área afectada.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) confirmó la contaminación de ríos subterráneos y cavernas como Garra de Jaguar y Oppenheimer, con derrames de concreto y daños estructurales no remediados, que generaron sobrecostos por 31 millones de pesos.
También se reportaron más de 20 perforaciones en cenotes y cuevas, y la demolición de formaciones naturales por las obras.
A pesar de que el gobierno prometió construir 30 pasos de fauna en el tramo afectado, organizaciones como el Center for Biological Diversity alertaron que al menos 15 kilómetros no cuentan con ellos, fragmentando el hábitat.
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Ambientalistas de diversos colectivos como Sélvame del Tren insisten en acciones urgentes de mitigación y advierten sobre el impacto que seguirán teniendo las obras ferroviarias y el desarrollo inmobiliario en la selva del sureste.
Es preocupante que el gobierno reconozca el daño que ha causado el Tren Maya y, a pesar de eso, siga adelante con las obras. Suena un poco contradictorio, ¿no? Deberían frenar y pensar en cómo reparar lo que han destruido en lugar de seguir pavimentando. La naturaleza es importante y no se puede recuperar tan fácil.