
La Ciudadanía Católica y Análisis Social (CAS) hizo una investigación sobre el tema de los desaparecidos y otros datos de la incontrolable violencia en México hasta llegar al caso Teuchitlán, que califica como “el rostro de un verdadero genocidio nacional”.
En el trabajo, que titula “Apuntes sobre Teuchitlán. Evolución y trascendencia política del horror en México“, proporciona datos graves sobre el crimen en el país, así como la responsabilidad que podría recaer en el gobierno y en otros actores de la sociedad.
Y cuestiona ¿ante qué desastre humanitario estamos parados como sociedad mexicana y ¿solamente los políticos y gobernantes corruptos tienen responsabilidad en estos hechos, o también la ciudadanía apática y complaciente?
En resumen, el texto señala que nos azota la incontrolable sucesión de asesinatos, masacres y desaparición de personas, además de otros “delitos de lesa humanidad” como la tortura, la crueldad en el desmembramiento e incineración de cuerpos en hornos crematorios rudimentarios.
México, ante un proceso de horror imparable
Las evidencias están siendo documentadas a partir de innumerables hallazgos de fosas clandestinas en el país, así como de “presuntos” campos de reclutamiento y exterminio saturados de restos humanos fragmentados y calcinados, hechos realizados de forma deliberada y sistemática.
Para México, la más grave consecuencia es que se trata de un proceso de horror que nadie ha parado y está en continua evolución, y no se explica sin alianza y complicidad de la clase política mexicana con los grupos criminales.
Algunos apuntan que la gravedad del caso de Teuchitlán, en Jalisco, consiste en mostrar un permanente y sistemático genocidio que recorre el territorio nacional.
Los hallazgos que hicieron las “Madres buscadoras” en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, constituyen una muestra del horror y la gran tragedia humanitaria que se ha vivido en México en años recientes.
Por desgracia no se trata de un caso aislado o fortuito el de Jalisco, sino que se están encontrando más sitios de entrenamiento y exterminio en otros estados de la República.
Antecedentes de asesinatos masivos en México
Algunos antecedentes son:
- San Fernando, Tamaulipas (agosto 2010 y marzo 2011), donde se asesinaron a decenas de migrantes, centro y sudamericanos, por el crimen organizado con la complicidad de autoridades locales.
- Ayotzinapa en Iguala, Guerrero (26-27 septiembre, 2014), donde se dio la desaparición masiva de estudiantes normalistas con la misma lógica: acción brutal de asesinato, incineración y desaparición de cuerpos de jóvenes normalistas (la mayoría menores de 18 años), por policías y autoridades municipales constitucionales, en coordinación con líderes del crimen organizado local.
- En Poza Rica, Veracruz (14 de agosto, 2023), se descubrieron cuerpos humanos desmembrados, acumulados y conservados en frigoríficos, que revelaban una acción sistemática de exterminio colectivo de humanos con crueldad inenarrable.
¿Qué hace el gobierno de Claudia Sheinbaum?
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha intentado ocultar la cruda realidad de que en México existen campos de exterminio, que están tipificados y penalizados en el orden jurídico internacional como prueba de “delitos de lesa humanidad”.
Ameritan la intervención legal de la comunidad y la justicia internacionales, particularmente de la Corte Penal Internacional, cuyo antecedente primero fueron los “Juicios de Nuremberg” (1945-1946).
No se trata de equiparar los números espantosos de la Segunda Guerra Mundial, sino los hechos atroces que en determinados lugares suceden, en este caso contra jóvenes que se resisten a colaborar con los criminales.
Y, como los hallazgos de Teuchitlán señalan la muy probable complicidad de gobiernos municipal, estatal y federal, la presidente intenta neutralizar y desvirtuar la investigación que pudiera dar por resultado, entre otras cosas, llegar a identificar responsabilidades penales del orden internacional a muy importantes personajes políticos del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, señalado en medios como el principal beneficiario de cuantiosos recursos aportados por el narco para financiar sus campañas y las de Morena.
Insólito en el caso de la tragedia en Teuchitlán
Frente a tal magnitud de la tragedia, resulta insólito que la reacción de la presidenta Claudia Sheinbaum sea negar, ocultar y desvirtuar hechos contundentes, organizando una campaña mediática oficialista para desconocer lo evidente.
Privilegiar un discurso de protección al exmandatario López Obrador, con un “ya déjenlo en paz”, y su discurso de descalificación de los hallazgos de las “Madres buscadoras”.
Recurrir al discurso de auto victimización y descalificar el mensaje de denuncia del Episcopado Mexicano.
Cártel delictivo en defensa del gobierno de Sheinbaum
Más insólito, aún, es que haya sido nada menos que el mismo Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) quien asumió la defensa pública del gobierno de Claudia Sheinbaum mediante un video, real o simulado, pero no negado, ni desmentido, descalificando y amenazando a las “Madres buscadoras”.
Se trata de un asunto auténticamente ilógico e inusitado en todo el mundo: ¡Un cártel criminal que asume la virtual defensa pública de un gobierno nacional en acto! ¿Qué es esto?
La evolución en el tiempo de este proceso criminal ha llevado al país a:
La continua e indetenible simbiosis estructural entre criminales con actores de la esfera pública, como son varios de los líderes de algunos de los partidos políticos y autoridades del orden constitucional, tanto del nivel municipal, como estatal y federal.
Alimentar la impunidad de criminales y políticos que juntos han prohijado un proceso de extensión y profundización de acciones delictivas de alto impacto que, hoy en día, han desembocado en un brutal genocidio nacional, exhibido a través de múltiples crímenes de lesa humanidad.
Las familias mexicanas viven en medio de una tragedia humanitaria de verdadero horror. Los números del sexenio anterior fueron de 200,000 asesinatos.
En cuanto a los partidos políticos de oposición poco cabe esperar de ellos, puesto que algunos cuentan también, entre sus filas, a prominentes líderes y personajes ligados a mafias y delincuentes.
No obstante, Morena completa el proceso de simbiosis entre políticos y criminales: no hay un solo gobernador de ese partido que, según los medios, esté libre de tal contubernio.
Socialmente es relevante observar la enorme indiferencia ante el horror. ¿Por qué la sociedad civil no responde al tamaño del monstruo que lo pisa y aniquila cotidianamente?
Más desalentador y alarmante resultó verificar el alud de solicitudes de jóvenes, hombres y mujeres que, en redes sociales, demandaban su incorporación al Cártel que administrara el afamado rancho Izaguirre.
Viraje en la política de seguridad… impulsado por Trump
Si bien hoy se puede atestiguar un viraje en la política de seguridad del gobierno de Sheinbaum (abandonando la política de “Abrazos, no balazos”) se debe sin duda a que el aguerrido gobierno de Donald Trump ha declarado terroristas a los cárteles mexicanos, con amenaza de despliegue militar de acoso al territorio mexicano, por aire, tierra y mar.
Todo esto es resultado de un proceso de larga data, pero tuvo su mayor auge, aparentemente inexplicable, durante el sexenio del “humanismo mexicano” de la mal llamada Cuarta Transformación.
Teuchitlán, rostro de auténtico genocidio nacional
Teuchitlán es hoy el rostro de un auténtico genocidio nacional, cuyas víctimas son jóvenes mujeres y hombres, también menores de edad y sus familias.
La víctima no es el gobierno de la autoproclamada “cuarta transformación”, al contrario, es cómplice y beneficiario de esta tragedia.
Hay dos fenómenos estrechamente relacionados en estos lugares por el modus operandi de los criminales: el exterminio (asesinato) de quienes no aceptan ser parte del grupo delictivo, y la corrupción moral, doblegando sus valores y su estructura psicológica a quienes convierten en sicarios y exterminadores al servicio del crimen organizado.
Volviendo al mensaje denuncia del Episcopado Mexicano del 12 de marzo de 2025 a propósito Teuchitlán, exigen a las autoridades que rompan definitivamente con las alianzas que pudieran existir entre el crimen organizado y algunos ambientes políticos para liberar a méxico de esta decadencia moral”.
La iniciativa de la Iglesia mexicana formada por obispos, religiosos y laicos ha sido proponer una agenda nacional por la paz para reconstruir el tejido social comenzando desde el ámbito local de las distintas comunidades, pueblos y barrios, aunque no ha contado con la simpatía de las actuales autoridades
Posición de Ciudadanía Católica y Análisis Social
Aquí tienes el texto de la posición de Ciudadanía Católica y Análisis Social sobre la violencia en el país:
Es realmente preocupante que sigan saliendo a la luz casos tan horribles como el de Teuchitlán. La violencia y la desaparición de personas son temas que no se pueden ignorar. Es un llamado urgente a que las autoridades actúen y hagan algo al respecto. La gente merece vivir sin miedo y tener justicia. Esperemos que esta investigación sirva para que se tomen medidas concretas y se evite que situaciones así se repitan.