
McALESTER, Oklahoma.— Oklahoma ejecutó ayer a Wendell Grissom, de 56 años, condenado a muerte por el asesinato de una mujer durante una invasión de hogar y robo en 2004.
La ejecución por inyección letal se llevó al cabo en la Penitenciaría Estatal de Oklahoma, donde fue declarado muerto a las 10:13 de la mañana, informó un funcionario penitenciario. Esta se trata apenas de la primera ejecución en el estado en lo que va del año.
Grissom y su cómplice, Jessie Floyd Johns, fueron hallados culpables del homicidio de Amber Matthews, de 23 años, y de herir a su amiga Dreu Kopf en su residencia del condado de Blaine. Johns recibió cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
De acuerdo con la fiscalía, los agresores seleccionaron al azar la vivienda de Kopf, donde Amber estaba de visita. Grissom disparó contra ambas mujeres, pero Dreu logró escapar en el vehículo del homicida para pedir ayuda. Matthews falleció tras ser trasladada a un hospital en Oklahoma City.
Las autoridades detuvieron a los responsables poco después, cuando se quedaron sin gasolina al huir en un vehículo robado. Los hijos pequeños de Dreu Kopf fueron encontrados ilesos dentro de la casa.
Argumento inválido
En la audiencia de clemencia, la defensa argumentó que Grissom padecía daño cerebral no presentado en el juicio. Sin embargo, la Junta de Indultos y Libertad Condicional rechazó la petición. La defensa aseguró que el reo asumió su culpabilidad y expresó remordimiento desde su arresto.
La fiscalía estatal sostuvo que el caso era un ejemplo claro para la aplicación de la pena de muerte, debido a la brutalidad de los hechos.
“Ataques aleatorios como este son los que mantienen a la gente despierta por la noche”, afirmó el fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond.
Oklahoma ha ejecutado a 127 personas desde el restablecimiento de la pena capital en 1976.
La ejecución de Grissom fue la primera de 2025 en el estado y una de varias programadas esta semana en Estados Unidos.
Es complicado ver cómo se llevan a cabo estas ejecuciones. Por un lado, hay quienes dicen que es justicia para las víctimas, pero también hay que pensar en si realmente es la mejor manera de resolver las cosas. La pena de muerte genera mucho debate y hay quienes creen que no debería existir. Al final, cada caso es único y merece una reflexión profunda.
Es un tema complicado. Por un lado, hay quienes piensan que la pena de muerte es un castigo justo para los que cometen crímenes horribles, pero también hay quienes creen que nadie debería morir así, sin importar lo que haya hecho. Es difícil encontrar un equilibrio, y al final, siempre hay familias que sufren, ya sea la de la víctima o la del condenado.
Es complicado hablar de esto sin sentir un poco de conflicto. Por un lado, hay que pensar en las víctimas y el dolor que causaron, pero por otro, la pena de muerte plantea muchas preguntas sobre la justicia y si realmente es la solución. Al final, hay muchas vidas afectadas y no sé si este tipo de castigo realmente hace que el mundo sea un lugar más seguro.