
PARÍS (EFE).— La OCDE ha revisado sus previsiones de crecimiento económico a la baja por el efecto que ya está provocando la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, y con las medidas arancelarias que ya ha anunciado los grandes damnificados serán Canadá y, sobre todo México, además de los propios Estados Unidos.
En su informe interino de perspectivas publicado ayer lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hace un claro llamamiento al presidente estadounidense —aunque sin nombrarlo directamente— para rebajar las tensiones comerciales y los aranceles que ya ha impuesto y para hacer más previsibles sus políticas por el bien de la economía global.
Pesadilla mexicana
Sobre la hipótesis de las medidas que Trump ya ha oficializado, México se llevará la peor parte, con una entrada en recesión desde 2025 y una contracción de su producto interior bruto (PIB) del 1.3%, lo que significa 2.5% menos de lo que la propia OCDE había anticipado en diciembre.
El año próximo, México será de nuevo el único país del G20 (grupo integrado por los países más desarrollados y los más emergentes) en el que descenderá la actividad, un 0.6%, es decir 2.2 puntos menos de lo que se calculó hace apenas tres meses.
Canadá también saldrá muy mal parado, con un magro aumento de la actividad del 0.7% tanto en 2025 como en 2026, que resulta de una corrección de las perspectivas de 1.3 puntos en cada ejercicio.
La razón de la caída en barrena de los que hasta ahora han sido los grandes socios comerciales de Estados Unidos en el tratado de libre comercio norteamericano T-MEC es su gran vinculación con ese país que va a aplicarles un alza de 25 puntos porcentuales en los aranceles a las importaciones.
Estados Unidos no se librará del choque y su PIB experimentará una notable ralentización respecto al crecimiento del 2.8% en 2024, con un 2.2% este año (dos décimas menos de lo estimado en diciembre) y un 1.6% en 2026 (cinco décimas menos).
La OCDE insiste en que las tres economías ganarían si se diera marcha atrás a la escalada arancelaria de EE.UU. y se volviera a las reglas del T-MEC, sobre todo México. Aunque reconoce que para Estados Unidos la mejora sería ligera, en concreto una décima arriba más en 2026, hasta el 1.7%.
Viejo continente
En Europa, el efecto directo de los aranceles que ya se han oficializado será menor pero la incertidumbre pesará sobre la actividad, de forma que los autores del informe han disminuido en tres décimas el crecimiento que esperaban en la zona euro tanto para este año (1%), como para el próximo (1.2%), lo que dejaría en raquítica la aceleración desde el 0.7% de 2024.
El milagro español
Mientras Alemania, Italia y Francia verán sus expectativas corregidas a la baja, España será el único de los grandes socios de la eurozona que se desmarcará de esa tendencia y cuyo incremento del PIB duplicará a los de estos tres tanto en 2025 (2.6%) como en 2026 (2.1%).
En cuanto a las grandes economías emergentes, su crecimiento en general se va a ralentizar tanto este año como el próximo y ese movimiento lo simboliza la mayor de todas ellas, China, que pasará del 5% en 2024 al 4.8% en 2025 (una décima más que lo anticipado en diciembre) y al 4.4% en 2026 (igual que hace tres meses).
Es preocupante que la OCDE esté pronosticando una contracción para México. Eso significa que la economía podría estar en problemas, y eso siempre afecta a las familias y a los empleos. A veces, los impuestos altos pueden parecer una solución, pero si la economía se frena, todos pagamos las consecuencias. Espero que se encuentren mejores formas de manejar la situación sin perjudicar a la gente.
La verdad es que esta situación suena preocupante. Si la economía va a contraerse, eso significa menos oportunidades para todos. La gente ya está lidiando con muchos problemas, y un gravamen así podría hacer las cosas aún más difíciles. Espero que se tomen decisiones que ayuden a la población y no solo a los que están en el poder.
Es preocupante que la economía de México esté tan frágil. Un gravamen del 25% puede ser un golpe duro para muchas empresas y eso podría hacer que la gente pierda empleos. La verdad, no sé si esta es la mejor manera de manejar la situación económica. Es importante encontrar un equilibrio que no afecte tanto a los trabajadores y a las pequeñas empresas.