
ROMA.— El papa Francisco entró ayer en la quinta semana de tratamiento hospitalario por una neumonía bilateral con la mirada puesta en el futuro, ya que sigue trabajando en una de las prioridades de su papado y los signos de su recuperación continúan una trayectoria positiva.
Desde el hospital Gemelli, el Pontífice aprobó un proceso de aplicación y evaluación de tres años para su proyecto de reforma, que pretende hacer de la Iglesia un lugar más acogedor y receptivo.
La oficina vaticana para el sínodo, o reunión de obispos, dio a conocer un calendario hasta 2028 para establecer las reformas y dijo que Francisco aprobó el calendario la semana pasada.
Esta agenda de encuentros conducirá a una asamblea de obispos y laicos en el Vaticano en octubre de 2028 para dar continuidad y consolidar el “Sínodo de la Sinodalidad”, que se celebró en años pasados para reformar la Iglesia.
Francisco mira hacia adelante convocando esta asamblea en octubre de 2028 para consolidar lo realizado hasta ahora y sin convocar un nuevo Sínodo, informó ayer el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, en una carta enviada a todos los máximos representantes de la Iglesia.
Estos encuentros de “acompañamiento” fueron aprobados por el Papa desde el Gemelli el martes pasado y mirarán a la aplicación del Sínodo que concluyó, tras un trienio, en 2024 y se centró en el tema “Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión”.
El documento final redactado tras los tres años de trabajos “forma parte del magisterio ordinario del sucesor de Pedro” y “como tal requiere ser acogido” y “esto implica para las Iglesias locales y las agrupaciones de Iglesias, el compromiso de poner en práctica” las indicaciones, a través de procesos de “discernimiento y decisión”.
Para este proceso de actuación, se renovaron la implicación de todas las personas que dieron su contribución durante el Sínodo, a fin de hacer que fructifique la “escucha de todas las Iglesias.
Los instrumentos básicos serán por tanto los “equipos sinodales formados por sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas, acompañados por su obispo” y estos equipos deberían ser “reforzados” y, si es necesario, “renovados, reactivados e integrados adecuadamente”, recomienda el secretario general.
El cardenal Grech indicó que en mayo próximo se publicará un documento específico para indicar su aplicación concreta y posteriormente, entre el primer y segundo semestre de 2027, se realizarán asambleas de evaluación en las diócesis, eparquías (diócesis orientales) y conferencias episcopales.
El primer y segundo semestre del año 2028 estarán destinados, en cambio, a las asambleas continentales de evaluación y a la publicación del “Instrumentum laboris” de la asamblea eclesial de octubre de 2028.
El Sínodo para reformar la Iglesia concluyó con recomendaciones para mayor escucha a los fieles y mayor acogida, pero sin que se lograra dar más igualdad a las mujeres, que pedían, entre otras cosas, la apertura del diaconado.— EFE/AP
Es genial que el Papa convoque a una asamblea para fortalecer el Sínodo. La verdad, es importante que haya un espacio donde se escuchen diferentes voces y se tomen en cuenta las opiniones de la gente. Esto puede ayudar a que la Iglesia se acerque más a las necesidades de las personas y se mantenga relevante en estos tiempos. Ojalá que realmente se logre un diálogo sincero y constructivo.