
CIUDAD DE MÉXICO (EFE).— Más allá del 8 de marzo, las mujeres indígenas en México afrontan profundas brechas de desigualdad y múltiples formas de violencia basada en género, agravadas por el racismo estructural y las herencias del colonialismo arraigadas en el país, advirtieron activistas en este Año de la Mujer Indígena que decretó la presidenta Claudia Sheinbaum.
En México, alrededor de 12 millones de mujeres representan un 51% de las 68 comunidades indígenas, que subsisten 500 años después de la colonia española, según señala el informe “Identidades Entrelazadas: las capas de la violencia basada en género desde una mirada interseccional”.
El informe, que se presentará en la ONU hoy martes 11 de marzo rumbo a la 69.a sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, en inglés), propone incorporar los enfoques interseccional e intercultural a las políticas públicas para erradicar las violencias de género.
Norma Don Juan Cruz, integrante del Consejo de Mayoras de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (Conami), explicó que la interseccionalidad ayuda a entender que “las mujeres no son solo una sola mujer”, mientras que la interculturalidad permite comprender esta diversidad desde las distintas culturas que existen.
“Porque se tiene una idea de que las mujeres indígenas somos todas iguales, pensamos igual, tenemos las mismas preocupaciones, actividades, y no es así, somos muy diversas”, señaló.
Por ejemplo, expuso, la forma de afrontar la violencia no es igual para una niña o mujer indígena en una zona urbana que en una zona rural, quienes tienen distintas formas de entender y relacionarse con el mundo.
Por ello, advirtió, cuando el Estado dice que todas las mujeres indígenas son iguales está permitiendo que se violenten sus derechos porque no se van a generar acciones o políticas que les permitan ejercerlos integralmente.
El despojo territorial y la migración forzada son algunos de los factores que agravan la violencia hacia las mujeres indígenas, muchas veces provocados por el crimen organizado y la construcción de megaproyectos extractivos, energéticos, de infraestructura o turísticos, alerta también el reporte, elaborado por la organización Católicas por el Derecho a Decidir, en conjunto con colectivos y activistas.
Entre otras brechas de desigualdad, apunta que las mujeres hablantes de una lengua indígena tienen en promedio 5.8 grados de escolaridad, frente a los 9.9 grados de aquellas que no hablan una lengua indígena, y con los hombres que sí hablan alguna lengua indígena, cuyo promedio es de 6.7 grados, según datos del Censo oficial de 2020.
Más que un discurso, Norma Don Juan Cruz dijo que esperan que las recomendaciones que enumera el informe sean tomadas en cuenta por el gobierno mexicano en este 2025, para avanzar en acciones y estrategias diferenciadas y específicas hacia las mujeres indígenas en todo su ciclo de vida.
Asimismo, reconoció y valoró “el gesto” de la presidenta Sheinbaum de nombrar a 2025 como el Año de la Mujer Indígena, lo que muestra que existe una “voluntad política” de hacer justicia para las mujeres indígenas que han “vivido violencias multidimensionales, históricas y estructurales”, aunque ello requiere de medidas concretas para no quedarse solo en el discurso.
Es genial ver que se están haciendo propuestas para apoyar a las mujeres indígenas. Es un paso importante para reconocer sus derechos y necesidades. Sin embargo, espero que no se quede solo en palabras y que realmente se implementen acciones concretas. Ya es hora de que se escuche y se valore su voz de verdad.