
TUXTLA GUTIÉRREZ.- Policías de seguridad y de investigación detuvieron a Alfredo “N”, (a) “El Diablo”, presunto jefe de plaza de cártel en el poblado Nueva Palestina del municipio de Ocosingo, ubicado en la selva de Chiapas.
La tarde de este domingo se informó de la detención de Alfredo “N”, en posesión de un vehículo marca GML JAC, modelo Tucson 2023, con reporte de robo, así como de un arma de fuego M4 carbine, calibre 5.56,13 cartuchos útiles.
“El Diablo” fue puesto a disposición de las autoridades correspondientes para la resolución de su situación jurídica por los delitos que se le podrían imputar.

El operativo de captura lo consumaron agentes del grupo Fuerza de Reacción Inmediata Pakal, dependiente de la Secretaría de Seguridad del Pueblo y de la Policía Estatal Preventiva, de manera coordinada con la Fiscalía General del Estado.
Detienen en Tabasco a Segundo Cabrero López, “La Cabra”
Este hombre colaboraba de manera directa con Segundo Cabrero López, “La Cabra”, capturado en el estado de Tabasco. En las últimas horas lo trasladaron al penal El Amate en Chiapas.
“La Cabra” era un objetivo prioritario de las autoridades. Figuraba como líder criminal, por las autoridades ofrecían una recompensa de 500 mil pesos. Se le acusa de desaparición forzada cometida por particulares, extorsión, robo con violencia y agravado, y lesiones calificadas.
Es bueno ver que las autoridades están haciendo su trabajo y deteniendo a personas involucradas en el crimen organizado. Sin embargo, la verdadera pregunta es qué pasará después. Muchas veces, estas capturas no llevan a un cambio real en la seguridad de las comunidades. Ojalá esta vez sea diferente y se tomen medidas más efectivas para que la gente pueda vivir sin miedo.
Es bueno ver que las autoridades están actuando y deteniendo a personas involucradas en el crimen organizado. Sin embargo, también hay que preguntarse si esto realmente va a cambiar algo en la situación de seguridad en la región. A veces parece que se atrapan a unos y otros siguen operando sin problemas. Hay que hacer más que solo capturar a los jefes; es necesario un plan más amplio para que la paz regrese a las comunidades.
Es bueno ver que la policía está haciendo su trabajo y deteniendo a personas que están involucradas en actividades delictivas. Sin embargo, también hay que preguntarse si esto realmente va a cambiar algo en la situación de seguridad en la zona. Capturar a un líder no siempre significa que se acabe con el problema, y eso es algo que hay que tener en cuenta.