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Alison Vivas, colombiana víctima de una red internacional de trata de personas en Cancún, relata cómo fue capturada con engaños, aquí los detalles.
Cancún, Quintana Roo.- A 8 años de haber vivido un infierno, luego de ser reclutada con engaños, la víctima de este delito que afecta a más de 6 millones de personas en el mundo, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas y la fundación Walk Free, platica lo que vivió.
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Testimonio de Alison, colombiana víctima de trata en Cancún: así la captó una red
Narró en el Podcast Vos Podés el calvario que vivió en 2017, cuando una supuesta amiga suya, Milena, quien se encontraba en Quintana Roo, México, le dijo que trabajaba en un restaurante y que podía conseguirle un empleo, bien pagado, junto con ella en el mismo lugar.
Alison, entonces de 22 años y egresada de Mercadotecnia, provenía de un hogar con un padre alcohólico y golpeador desde que tiene memoria, lo que la hizo presa fácil de un ofrecimiento que prometía proveerle los medios para escapar de esa vida y, de paso, un día sacar a su mamá de esa vorágine de violencia.
Modus operandi: reclutada bajo engaño con oferta de empleo
Milena, tras una videollamada, le mandó dinero para los gastos de traslado desde Bogotá, Colombia, gastos que pagaba la empresa restaurantera, dijo en el Podcast Vos Podés que ya lleva más de 6.6 millones de reproducciones en YouTube.
Así, agrega, tomó su avión a Cancún, Quintana Roo, sin saber que estaba por vivir los meses más traumáticos de su vida.
Al llegar al aeropuerto, la recogió un hombre cuyo alias es “La Foca”, chofer y vigilante de las víctimas de trata de personas en Cancún, y parte de una red criminal internacional de captura de mujeres para explotación sexual.
Le quitaron el pasaporte y le hicieron firmar una deuda
Y aunque su trato fue amable, tras llevarla a donde se hospedaría, le sacó un contrato con la cuenta de todos los gastos, incluyendo hospedajes, comida y ropa para trabajar, que hacía una suma de $170,000 pesos mexicanos (8,300 dólares).
También le retuvieron el pasaporte.
La hospedaron con muchas otras chicas en situación similar, todas juntas en un casa grande y bajo estricta vigilancia.
El supuesto restaurante donde operaba la red de trata en Cancún
“Entonces, me llevaron a donde estaba trabajando mi amiga Milena, que era el mismo restaurante que había visto por videollamada. Quedaba en la plaza de toros.
“Nunca me hubiera imaginado que en un lugar tan concurrido por familias y turistas algo raro estuviera pasando, y menos teniendo en cuenta que había sido gracias a mi amiga estaba ahí”, apuntó Alison.
Le dieron indicaciones de que debía atender a los clientes, ir a su mesa, propiciar el consumo de las botellas de alcohol más caras y luego ofrecerles el servicio de prostitución.
La joven colombiana tuvo un shock, pero ya no tenía opción, debía comenzar a tener clientes para poder pagar la deuda y liberarse.
“Yo muchas veces sentía que me estaba muriendo del asco. Me sentía cansada. El cuerpo me dolía”.
Alison Vivas, colombiana víctima de trata de personas en Cancún, captada por una red criminal internacional
Semanas después, las llevaron a un prostíbulo llamado Bandidas, en Cancún, ahí ya era actuar en una pista bailando casi desnuda, pole dance, por varias horas en la noche.
Pero la deuda era impagable, ya que las multaban cada mes por la llegada de la mestruación, por la ropa que usaban en las presentaciones del centro nocturno y también si se emborrachaban.
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“Y nuestra ganacia era sólo el 2% de todo”, a esa ínfima ganancia restaban las multas. Entonces, lejos de disminuir, el adeudo con sus captores aumentaba, pero era parte de la estrategia para tenerlas de esclavas sexuales.
El rescate de víctimas de trata en Bandidas, en Cancún
“A Bandidas llegaban muchos trabajadores de la construcción y personas con dinero de dudosa procedencia, algunos iban armados y ponían el arma encima de la mesa. Nosotras teníamos que fingir que no nos habíamos dado cuenta, aunque fuera nuestra vida la que estaba en riesgo”.
Alison cuenta que algunas chicas eras sustraidas del lugar y desaparecían por varios días, luego regresaban golpeadas.
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Y todo parecía una pesadilla de la que nunca iba a despertar.
Sin embargo, una noche como todas las demás, cuando se hallaba bailando en la tarima de repente se apagaron todas las luces.
“Vi entrar a un grupo de hombres armados y con capuchas. Uno de ellos se paró en frente de mí y me dijo: “Vístase”. Yo entré en pánico. Corrí al camerino y, cuando entré, ya estaban todas mis compañeras en fila por orden de los hombres armados.
“Éramos unas 35 mujeres. Nos encerraron a todas en una sala de juntas, en donde el calor superaba los 40°C. No prendieron el ventilador ni nos dejaron tomar agua. No había una sola de nosotras que estuviera vestida cómodamente”.
“¿Cómo es su nombre y usted de dónde es?”, le fueron preguntando a una por una, y unos hicieron entregar todas nuestras pertenencias, dice Alison, la colombiana en su testimonio donde narra el viacrucis como víctima de trata en Cancún.
La deportación de 35 colombianas tras el rescate
De la estación de policía la trasladaron a una estación migratoria, donde estuvo 12 días durmiendo en una celda mientras esperaba a que la deportaran.
Finalmente, partió ella y las demás colombianas a un avión: “Ese día empezó el largo y doloroso proceso de asimilar lo que me había pasado”.
Alison dice que su mamá no le preguntó nada y el tema que quedó en silencio hasta hace un par de meses cuando Alison decidió contar su historia públicamente al Podcast y posteriormente a la BBC.
Asegura que rompió el silencio con el objetivo es prevenir a otras jóvenes para que no caigan en las redes de trata de personas que valen de supuestas amistades para genera rconfianza en las trampas y engaños que tienden para obtener ganancias mediante la prostitución forzada.
¿Qué pasó con los criminales?
Del destino de los criminales que las esclavizaron supo que agarraron a “El Foca” y otros; pero las obligaron a exonerarlos, mediante la firma de un documento, y ya no se enteró de más. Alison sólo quería huir y superar el episodio más trágico de su vida.
La entrevista completa en vídeo está disponible haciendo clic en este enlace.
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Es muy triste escuchar historias como la de Alison. Es increíble que en pleno siglo XXI sigamos viendo casos de trata de personas. La gente debería estar más informada y alerta sobre estos peligros. Además, es fundamental que las autoridades hagan más para proteger a las personas vulnerables y evitar que situaciones así sigan ocurriendo.
Es realmente triste escuchar historias como la de Alison. Es increíble que en pleno siglo XXI aún existan redes de trata que se aprovechan de la gente vulnerable. Deberíamos hacer más para proteger a quienes están en riesgo y asegurarnos de que estas situaciones no se repitan. Es un llamado a la acción para todos.
Es increíble y muy triste lo que pasó con Alison. Es una realidad dura que muchas personas enfrentan y que a veces no se habla lo suficiente. Deberíamos estar más atentos y educar a la gente sobre estos peligros, porque nadie debería pasar por algo así. Es hora de que la sociedad se una para combatir este tipo de crímenes y proteger a quienes más lo necesitan.