El papa Francisco emprendió su viaje a Lisboa para participar en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el evento más multitudinario que organiza la Iglesia católica, y donde le esperan cientos de miles de jóvenes, una agenda repleta de actos y una visita a Fátima para rezar por la paz en Ucrania.
El avión papal de la compañía Ita Airways, en el que viaja la delegación vaticana y 70 representantes de los medios de comunicación, despegó de Roma y está previsto que aterrice en la base militar de Figo Seco, donde le esperará a pie de escalerilla el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa.
En el aeropuerto habrá una breve ceremonia de bienvenida, mientras que las presentaciones oficiales tendrán lugar después en el Palacio Nacional de Belém, la actual residencia del presidente de la República y donde Francisco mantendrá una reunión privada con Rebelo de Sousa.
Después el papa se trasladará al Centro Cultural de Belém y ante cerca de mil personas, entre autoridades, representantes del cuerpo diplomático y de la sociedad civil, pronunciará su primer discurso de carácter más político en tierras portuguesas, pues en 2017 viajo a Portugal, pero sólo visitó Fátima.
En la nunciatura, donde residirá Francisco estos días, mantendrá otras dos reuniones con el presidente de la Asamblea de Portugal, Augusto Ernesto Santos y el primer ministro, António Costa.
Concluirá el día en el monasterio de los Jerónimos, donde se reunirá con los miembros de la iglesia portuguesa, en un encuentro en el que se espera una mención a los terribles datos del informe sobre los abusos sexuales a menores publicado recientemente y que habla de 4 mil 800 casos en los últimos 70 años.
Fuera del programa oficial, se ha anunciado una reunión de Francisco con un grupo de víctimas sobre la que por el momento no se han comunicado más detalles para proteger la privacidad de las personas que participarán.
Mañana, el pontífice argentino, de 86 años, y que hace dos meses fue operado de una hernia abdominal comenzará su participación en los actos de la JMJ.
Acudirá en la ceremonia de apertura, confesará individualmente a un grupo de jóvenes, presidirá un Via Crucis que abordará los problemas y dificultades de los jóvenes en la actualidad, escuchará historias de algunos de ellos durante una vigilia en el enorme espacio del parque Tejo y clausurará el evento con una misa en este mismo lugar.
Esta mañana, antes de partir hacia Lisboa, el papa saludó en su residencia a algunos jóvenes, niñas y niños, que están viviendo un período en una comunidad de rehabilitación, y que por lo tanto no pueden participar en la JMJ. Con ellos estaban tres abuelos con sus nietos.
Con información de EFE
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