CIUDAD DE MÉXICO (EFE).— La Iglesia católica mexicana consideró ayer que para que el país alcance la paz se necesita la participación activa de todos los actores sociales, incluida la propia iglesia.
“Se puede lograr la paz, pero se necesita de todos, de las autoridades, políticos, comerciantes, empresarios, jóvenes, padres de familia, maestros y escuelas, emprendedores, artistas, deportistas, creyentes y no creyentes”, apuntó la Arquidiócesis de México en su editorial del semanario Desde la fe publicado ayer.
“Como sociedad, desde el diálogo fraterno y con escucha activa, podemos lograrlo en Tepito, en la Ciudad de México y en todo el país”, agregó la Iglesia mexicana en su tradicional editorial.
Según expertos y organizaciones civiles los focos rojos que hace 15 años estaban solamente en algunos estados del país como Tamaulipas, Michoacán o Sinaloa, en los últimos años se han ido extendiendo a más de 20 estados de los 32 que integran México.
En el texto compartido ayer, la Iglesia católica mexicana cuestionó: “¿Qué se necesita para que una estrategia de paz funcione en los focos rojos del país?” y apuntó que a su manera de ver “lograr el cambio es una tarea compleja que requiere la participación activa de todos los actores de la comunidad, incluida la Iglesia”.
Trabajan en la paz
La Iglesia católica mexicana se refirió al barrio de Tepito, en el centro de la Ciudad de México, debido a que esta semana inició un programa para disminuir los niveles de violencia, en el que la Iglesia será promotora de la paz a través de la labor pastoral que realizan los sacerdotes que administran los templos ubicados en el lugar, de la mano de sus comunidades parroquiales.
Pero la Arquidiócesis Primada de México dijo que no solo es en Tepito ya que participa en diversas iniciativas de pacificación y tiene encuentros periódicos con las autoridades de la ciudad para dar seguimiento a los compromisos por la paz firmados el año pasado.
Explicó que en algunas parroquias se implementarán los comités por la paz, que trabajarán junto a representantes de las alcaldías de la Ciudad de México para sumar esfuerzos en busca de realizar acciones que generen mayor seguridad en sus territorios.
“Creemos que a través de nuestros sacerdotes, laicos, religiosos y toda nuestra vida pastoral podemos contribuir para que, en conjunto con los diferentes actores sociales, disminuya la violencia y la inseguridad en todas aquellas zonas lastimadas por esta problemática”, indicó.
El actual gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, que inició el 1 de octubre, llegó tras un registro de más de 196,000 asesinatos durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
Mientras que los asesinatos subieron un 1,2 % anual en 2024 hasta los 30.057, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp).
En 2022, nueve de las 10 ciudades más violentas del mundo fueron mexicanas: Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Uruapan, Juárez y Acapulco, según el reporte de la organización civil Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Paz Compromiso colectivo
La Iglesia católica mexicana señala que la pacificación del país requiere de todos.
Diálogo necesario
La Arquidiócesis de México enfatizó que la paz solo se logrará con el diálogo entre autoridades, empresarios, docentes y ciudadanos. Subrayó que la violencia no es exclusiva de ciertas regiones y que su expansión exige una respuesta conjunta.
Acción en Tepito
Un nuevo programa en este barrio de Ciudad de México busca disminuir la violencia con apoyo de la Iglesia. Los sacerdotes y comunidades parroquiales serán promotores de la paz a través de su labor pastoral. Además de Tepito, la Iglesia colabora con alcaldías en la formación de comités por la paz.
Es bueno ver que la iglesia se manifiesta y hace un llamado a la unión, pero a veces siento que sólo hablan y no proponen acciones concretas. La gente ya está cansada de promesas vacías, se necesita un plan real para enfrentar la violencia.
Es bueno ver que la iglesia está alzando la voz en temas tan importantes como la violencia, pero también es un poco frustrante. Al final, muchos de nosotros ya sabemos que necesitamos unidad y acciones concretas, pero la pregunta es: ¿qué harán realmente para ayudar a detener todo esto? A veces, las palabras se quedan cortas.