Este jueves, un hecho insólito se vivió en Culiacán, Sinaloa, cuando un helicóptero sobrevoló la ciudad lanzando volantes que demandaban la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya. Los volantes acusaban al mandatario de estar involucrado con el narcotráfico, específicamente por mantener a familiares de «Los Chapitos», una facción del Cártel de Sinaloa, en puestos clave dentro del gobierno.
Las acusaciones no se limitaron solo a la presencia de estos familiares en posiciones importantes, sino que también se detallaba que Rocha Moya estaba colaborando con el cártel, facilitando su financiamiento y obteniendo beneficios del tráfico de fentanilo, una droga altamente peligrosa. El contenido de los volantes señalaba a personas específicas dentro de su gabinete que estarían presuntamente vinculadas al crimen organizado.
Entre los nombres mencionados en los volantes estaban Lázaro Gamboa Espinoza, presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje, y Aida Elizabeth Torres Félix, presidenta de UAPA y del Canal Nuevo Colorado. Ambos fueron acusados de estar relacionados con miembros del cártel y de estar involucrados en actividades delictivas como extorsión y cobro de piso, lo que generó aún más polémica.
Este evento se da en un contexto de creciente descontento ciudadano, ya que recientemente se han realizado varias manifestaciones exigiendo la renuncia de Rubén Rocha Moya. La población, cansada de los rumores sobre la corrupción y complicidad con grupos criminales, ha hecho sentir su voz en las calles.