En un esfuerzo por transformar la percepción de los tiburones y promover su conservación, cooperativas pesqueras de Quintana Roo buscan integrar a estas especies marinas en actividades turísticas a partir de este año. La iniciativa pretende cambiar el enfoque de la pesca hacia el ecoturismo, aprovechando la riqueza natural de la región y la presencia de más de 25 especies de tiburones en las costas del Caribe Mexicano.
Una nueva forma de ver a los tiburones
Actualmente, un tiburón grande de entre 300 y 400 kilos puede comercializarse por unos 10 mil pesos, ya que prácticamente todas sus partes son aprovechadas, desde la carne para platillos como el cazón hasta el hígado para usos medicinales. Sin embargo, especialistas y pescadores están trabajando en alternativas como el nado con tiburones ballena y gata, actividades que ya se realizan con éxito en la zona.
El biólogo marino Joel Rodríguez Duarte explicó que los avistamientos cerca de playas de Cancún no son señales de peligro, sino que los tiburones están siguiendo a cardúmenes de peces, su alimento natural. También destacó que estas especies suelen entrar a aguas cercanas a la costa para tener a sus crías, aunque el sitio exacto donde ocurre este fenómeno sigue siendo desconocido.
Cooperativas pesqueras se suman al cambio
La agrupación “Saving Our Sharks” colabora con cooperativas de Isla Mujeres para reducir la pesca de tiburones y fomentar su conservación. Según datos de la organización, en Quintana Roo habitan alrededor de 200 mil tiburones, pero cada año se pescan entre 180 y 190 ejemplares, algunos con permisos y otros de manera accidental en redes.
En los últimos años, gracias al compromiso de estas cooperativas, se ha registrado un aumento en el número de tiburones de diversas especies, como el tiburón toro, martillo, tigre y sarda. Esto demuestra que el cambio hacia prácticas más sustentables puede beneficiar tanto al medio ambiente como a las comunidades locales.
Un depredador con mala fama
El especialista Rodríguez Duarte señaló que la imagen del tiburón como una criatura hambrienta y feroz es una idea equivocada, popularizada por el cine. Aunque son depredadores, su rol se limita a otras especies marinas dentro de la cadena alimenticia. Este enfoque erróneo ha generado temores injustificados, que proyectos como este buscan derribar, mostrando a los tiburones como un valioso recurso para el turismo y la conservación.
Con estas iniciativas, Quintana Roo podría posicionarse como un destino líder en ecoturismo marino, permitiendo que los tiburones pasen de ser temidos a admirados por locales y visitantes.
Es genial que estén buscando soluciones para el problema, pero a veces siento que solo se quedan en palabras y no hay acciones concretas. Necesitamos ver resultados, no solo promesas.